viernes, 7 de marzo de 2008

Liderazgo Generacional

Moisés, líder de una generación[1]

Introducción
Sin duda, si tuviéramos que pensar en líder generacional, tendríamos que apuntar a la vida Moisés, el gran líder de Israel, quien tuvo la monumental responsabilidad de guiar a toda una generación desde Egipto hasta la tierra prometida, durante cerca de cuarenta años. Es precisamente en la vida de Moisés, donde podemos encontrar las bases bíblicas de un líder que guía a toda una generación hacia la voluntad de Dios. La trascendencia de Moisés fue tal, que aun el autor de Deuteronomio (34:10-12), reconoce sin mezquindad que como él no se había levantado otro líder profético que guiara a toda una generación en las condiciones mas terribles, como él lo hizo.
Liderar una generación empieza con un llamado de parte de Dios
El líder de una generación no empieza su obra por cuenta propia. Es Dios quien primeramente le llama, le da una visión y las herramientas necesarias para desarrollar las tareas que le va a asignar. En la vida de Moisés podemos ver claramente esto. Mientras él esperaba acabar sus días en Madián, al lado de su esposa, sus hijos y su suegro, Dios tenía preparado un propósito para su vida: liderar a toda una generación, no sólo a la libertad, si no que por encima de eso, hacia la voluntad misma de Dios.
En Éxodo capítulo 3 encontramos precisamente el momento en el cual Dios se aparece a Moisés de manera sobrenatural y le comunica la decisión de liberar a su pueblo a causa de sus múltiples oraciones de ellos. Pero también le comunica a Moisés el llamado personal que tiene para él. En el verso 10 se lee así, ‘Ven, por tanto, ahora, y te enviaré al faraón para que saques de Egipto a mi pueblo, a los hijos de Israel’. No se puede liderar a una generación a menos que uno reciba un llamado especial de parte de Dios. Cuando Dios llama, también ayuda a cumplir la tarea que nos da (Ex. 3:12a). El llamado de Dios es un asunto ‘no negociable’ (recordar el llamado y la tarea de Jonás). Moisés trata de escabullirse poniendo algunos ‘peros’ (cf. Ex. 4:10), sin embargo nadie puede ser más fuerte que el llamado de Dios.
Algunos sociólogos han etiquetado a la generación de los años 70 y 80 como la ‘Generación X’. Su fundamento principal es que esta generación, es una que se ha perdido en el tiempo, sin producir líderes emergentes que sepan guiar los destinos de toda una generación. Sin embargo, creemos que el Señor esta llamando personas en los diferentes países, lenguas y razas, para guiar a su generación hacia su propósito. Dios todavía continúa llamando Moisés modernos que impacten su generación con el poder del Espíritu Santo. Por eso nuestra oración debiera ser, ‘Señor envía obreros a tu mies’ (Mt. 9:38), pero también ‘Heme aquí, envíame a mí’ (Is. 6:8).
La preparación del líder generacional
Moisés tuvo una doble preparación, por una lado, en la corte del Faraón (digamos, preparación intelectual) y también otra en el desierto (digamos, preparación espiritual). Por algún propósito Moisés llegó a la corte del faraón, Dios siempre tiene un propósito y a veces nosotros no alcanzamos a discernirlo. Moisés absorbió toda la ‘ciencia’ y el conocimiento secular de los Egipcios, los grandes arquitectos y constructores de pirámides y todas las maravillas del mundo antiguo. Sin embargo eso no sería suficiente para llevar a cabo la tarea que Dios le habría de encomendar. Moisés necesitaba algo más, algo que está por encima de toda ‘ciencia’. El debía de entender que, aun habiendo sido formado en la élite del conocimiento del mundo antiguo, eso era nada si Dios no le guiaba, si Dios no le preparaba y le capacitaba para liderar a su pueblo hacia la promesa de la tierra prometida. Podríamos decir que la primera preparación de Moisés duro 40 años en la corte del Faraón y la segunda 40 años mas en Madián. Mientras que en los primeros 40 años él pensaba ‘ser’ alguien, los 40 años siguientes se dio cuenta que ‘no era nadie’.
Los líderes generacionales no le deben de temer a la doble preparación. ¡Dios también se mueve a través de nuestra preparación ‘secular’!. Sin embargo lo más importante es la preparación espiritual. Tal fue el caso de Pablo, de Martín Lutero, John Wesley y otros muchos más, a quienes Dios ha levantado para guiar a toda una generación hacia su propósito divino. En esto debemos de entender que nuestra competencia no proviene de nosotros mismo, sino a través de nosotros. Para Pablo esto estaba muy claro, el escribió, ‘No es que nosotros mismos estemos capacitados para considerar algo como nuestro; al contrario, todo lo que podemos hacer viene de Dios’ (2 Cor. 3:5).
La tarea del líder generacional
Ahora que Dios había llamado a Moisés y lo había preparado por 40 años, le notifica cual va a ser su tarea, ‘…te enviaré al faraón para que saques de Egipto a mi pueblo, a los hijos de Israel’ (Ex. 3:10b). No tiene sentido ser un líder generacional si no se tiene una tarea. El problema actual es que muchos anhelamos el liderazgo, sin embargo rechazamos la tarea, es decir el servicio. A veces se ve el liderazgo como una forma posición nomás y no como una vida de servicio. La tarea de Moisés no fue fácil, el encontró muchas dificultades. Encontró a un Faraón con un corazón endurecido y aun pueblo problemático en el desierto que al menor descuido se entregaba a la idolatría, que siempre estaba quejándose y subestimando la gran obra de Dios en medio de ellos. Aunque la tarea de un líder generacional no es fácil, la garantía es que Dios estará siempre acompañando y sosteniendo a los que él ha llamado (cf. Josué 1:5).
La autoridad y las herramientas que recibe el líder que guía a una generación
Moisés, ni ningún líder generacional, basa su tarea sólo en sus capacidades, sino en la autoridad que se recibe de parte de Dios. Moisés había declarado ¿quién soy yo? (3:11). El Señor le respondió, ‘…Así dirás a los hijos de Israel: “<> me envió a vosotros” (3:14b). El Faraón probablemente era el hombre más poderoso de su tiempo, sin embargo, Moisés tenía que saber que él era el embajador de la persona más poderosa de todo el universo. La autoridad del líder descansa sobre la autoridad que Dios le ha dado, no se ‘inventa’ su propia autoridad.
Además de esto, Dios provee de herramientas para que los líderes generacionales puedan realizar su tarea. A Moisés le proveyó de ayuda frente a un problema fisiológico (tartamudez), la ayuda fue su propio hermano (Ex. 4:14-16, 27). También le proveyó de herramientas milagrosas, tal fue el caso de su vara que se convertía en una culebra (Ex. 4:2-3; 7:9-12). También le dio la potestad de atraer las plagas de Dios sobre el pueblo de Egipto. Cuando Dios llama a los líderes generacionales, también los equipa para poder desarrollar su tarea. Dios nunca deja a sus ministros a sus propias expensas, él provee todo lo necesario para el cumplimiento de sus propósitos.
Las dificultades que confronta el líder de una generación
Ya hemos mencionado que la tarea del líder nunca es fácil. Moisés tuvo que lidiar no sólo con su complejo de inferioridad, su cobardía (al inicio de su llamado), si no que también tuvo que enfrentar a un Faraón implacable y a un pueblo inconforme y desobediente. Estuvo a punto de la muerte por afrontar los rigores de ser un líder generacional para Israel (Ex. 18:18). Ser líder generacional no es un asunto de posición ni de fama, sino de trabajo duro y humildad, para con el pueblo, y para con Dios.
La ayuda que recibe el líder de una generación
En la historia del pueblo de Dios no existen líderes solitarios que quieran guiar a una generación. Los líderes están llamados a ser los ‘directores de la orquesta’ y no ser ‘toda la orquesta’ en si misma. Jesús mismo llamó a los doce discípulos para llevar a cabo su labor suprema de líder generacional. ¡Aun él, siendo el hijo de Dios, no se propuso una tarea solitaria! Los líderes generacionales saben perfectamente esto, no se puede pretender ser todo el equipo, una sola persona no puede impactar toda una generación. Moisés contó con la ayuda de Aarón y Hur, para que sus manos no decayeran durante su oración, cuando el pueblo peleaba contra Amalec (Ex. 17:11-12). También contó con la ayuda de jueces que ayudaban a resolver los problemas del pueblo (Ex. 18:25, 26).
La transmisión de la posta entre líderes generacionales
Los líderes generacionales miran más allá de su propia generación. Piensan en la continuidad de la tarea que Dios les ha encargado y entrenan a otros para que, cuando ya no estén, sus discípulos puedan continuar con la visión. Pablo, por ejemplo, preparó a Timoteo, y le encargo a éste, que lo siga haciendo con otros (2 Tim. 2:2). Moisés preparó a Josué para continuar con la tarea de llevar a Israel hasta la tierra prometida. Puesto que él no podía completar esta tarea debido a su desobediencia. Al final de su vida, Moisés tenía que pasar la posta a Josué, aun esto fue por voluntad divina (Num. 27:18; 34:17; Deut. 1:38; 3:28; 34:9). Esto es lo que hace diferente a los líderes generacionales, de los otros líderes, ellos muestran su preocupación y su compromiso más allá de su propia existencia. La tarea de un líder generacional no acaba con su muerte.
Epílogo
Como dijéramos anteriormente, Dios esta levantando una nueva generación de líderes a quienes está llamando para una tarea enorme, como la antesala a la Segunda Venida de Cristo. Tal vez tú seas uno de esos líderes, recuerda la vida de Moisés y anímate, el Señor declarará a su tiempo sus propósitos para tu vida, espera en oración y prepárate. Dios requiere de nuestras vidas para llevar a cabo el cumplimiento de su voluntad y de sus propósitos.
[1] Conferencia dictada por el Pst. Silas Ramos Palomino, en la ciudad de Moquegua, el 29 de Junio del 2007, para la Iglesia Nacional ‘Los Amigos’ (INELA – Región Costa)

jueves, 6 de marzo de 2008

Métodologia para Lecciones Bíblicas

METODOLOGIAS Y HERRAMIENTAS PARA LA ENSEÑANZA EN LA ESCUELA DOMINICAL[1]


Los métodos de enseñanza vienen a ser las formas de enseñar, o de impartir la clase y la enseñanza que se tiene en perspectiva. Dicho en otras palabras, el método es un camino en el proceso de la enseñanza, empleado por el maestro para lograr un determinado objetivo en el aprendizaje del alumno. Por eso, el método no es un fin en sí mismo.
El maestro debe conocer a profundidad, no sólo lo que va a enseñar, sino también debe tener en claro cómo enseñarlo. Es aquí que resultan útiles los métodos y las herramientas de enseñanza.

1. Propósito de los Métodos de Enseñanza
El propósito es adaptar la lección al alumno. Nunca lo contrario. Los métodos de enseñanza alcanzan a los sentidos físicos del alumno, esto es algo que hay que tener en consideración en el proceso de enseñanza-aprendizaje.

2. La Utilización de los Métodos de Enseñanza
En una clase se debe percibir por lo menos dos o más métodos de enseñanza. Nunca uno sólo, puesto que la clase resultaría monótona, aburrida y somnolienta. Como un claro ejemplo tenemos la enseñanza de Jesús, quien enseñó de manera creativa y usando diversos métodos.
Sin embargo, los métodos no son suficientes. Es necesario que el maestro haga uso de dos cosas más: (1) proveer un mensaje dado por Dios a los alumnos, y; (2) tener una vida ejemplar en el Espíritu Santo. Jesús, como Maestro, tenía las tres cosas: METODO (para comunicar), MENSAJE (qué enseñar) y VIDA (que mostrar). Se puede preparar un sermón, una lección bíblica, un estudio bíblico, etc., con todo cariño, esfuerzo y buena disposición, pero sólo Dios puede dar un mensaje lleno de vida espiritual. La enseñanza bíblica es mucho más que meros conocimientos religiosos o un discurso bien elaborado, es la proclamación del mensaje de Dios encarnado en Cristo.

3. La Selección y Combinación de los Métodos de Enseñanza
Para seleccionar y combinar los métodos de enseñanza, se debe tener en cuenta los siguientes factores:
. La edad del grupo, porque cada grupo etario tiene sus propias características físicas, mentales,
sociales y espirituales.
· El material que va a ser utilizado.
· La preparación del maestro. Según el objetivo de cada lección.
· El tiempo de duración de la clase. La preparación de la clase debe adaptarse al intervalo de
tiempo del que se dispone y la edad de los alumnos a los cuales va dirigida la lección.
· Los recursos de enseñanza de la escuela. No se puede aplicar un determinado método si no hay
las condiciones para ello.
· Los conocimientos del maestro. Los conocimientos que posea el maestro en relación al tema a
enseñar. También son importantes la utilización de las leyes de la enseñanza y del aprendizaje.
· Los objetivos específicos de la lección de ese día. Esto debe influir mucho en la elección que
haga, el maestro, de los métodos de enseñanza a utilizar en la clase.

4. Los Métodos de Enseñanza:
Los sentidos físicos son afectados por los métodos de enseñanza, pues por medio de ellos, el alma explora el mundo circundante y recibe sus impresiones. Entonces, en la enseñanza, se puede afirmar que existen diferentes métodos. Ellos son:

a) Método de la disertación. O método expositivo[2] . Es de gran valor en la enseñanza cuando se combina con otros métodos. Empleado solo, tiene más desventajas que ventajas, porque: ¡Hablar no siempre quiere decir enseñar! No es aplicable a los niños (no se debe confundir con el método narrativo). Se puede usar con grupos de jóvenes y adultos.

b) Método de preguntas y respuestas. También llamado método socrático[3]. Se puede ver un ejemplo en Mateo 22:42-45, donde Jesús hace cuatro preguntas a los oyentes. Estas son las ventajas de este método:
- Sirve como punto de contacto entre el maestro y el alumno.
- Ayuda a medir el conocimiento del alumno[4].
- Despierta el interés, por eso es muy útil en el inicio y la conclusión de la clase[5].
- Estimula y orienta el pensamiento. (Mt. 9:28).

Para que este método tenga éxito, se deben formular las preguntas correctamente. Por lo cual se debe tener en cuenta lo siguiente.
- Hacer preguntas claras y cortas.
- Evitar preguntas cuyas respuestas sean sí o no. Ejemplo de pregunta errónea: ¿Jesús
transformó agua en vino en Canaan de Galilea? Lo correcto sería: ¿Qué milagro hizo Jesús en
Canan de Galilea?

Al lanzar una pregunta, siempre el maestro debe:
- Dirigirse a toda la clase.
- Hacer una pausa de cinco a seis segundos para que todos piensen en la respuesta.
- Llamar, enseguida, a un alumno por su nombre para que la responda. No es recomendable
seguir un orden exacto o repetitivo en el llamado a los alumnos.
- Dar importancia a la respuesta correcta.

Este método hace que el alumno participe activamente en la clase. Puede ser utilizado en todos los grupos etarios.
A los alumnos de más edad, el maestro debe mostrar la diferencia entre preguntar para querer saber, y preguntar por simplemente especular.

c) Método de la Discusión. O del debate orientado. En este método se sigue la secuencia: PREGUNTA, seguida de ARGUMENTACIÓN, luego ANALISIS, y por último RESPUESTA[6]. Para realizar la discusión se debe conocer el tema que se está tocando. Para ello, el maestro actúa como moderador, manteniendo el equilibrio de la argumentación, no permitiendo que el tema se desvíe y que el alumno hable más tiempo de lo estrictamente necesario. Si el método no es hábilmente conducido por el maestro, la clase terminará en desorganización, confusión y hasta fastidio.

d) Método Audiovisual. Mediante el cual, el mensaje que se quiere transmitir, es visto y escuchado, combinando así dos poderosos canales de comunicación en el aprendizaje. El mensaje atrae y domina la atención aumentando, por consiguiente, la retención. Los psicólogos dicen que las impresiones que entran por los ojos son las más permanentes. Jesús también utilizó este método (Mt. 6:26,28; Jn. 10:9; 15:5; Mr. 12:15-16; Lc. 9:47). También lo hizo Dios en Ezequiel 4:1.
Por lo tanto, éste método utiliza los materiales más variados. Su empleo es de gran valor entre los niños, pero también entre los demás. Depende de la forma en que lo utilicemos.

e) Método de la Narración. Son las historias bíblicas que a menudo se cuentan. En este campo, nada supera a la Biblia. Jesús usó mucho este método, presentando historias en forma de parábolas, como vemos en Mateo 13. En la Biblia, la mayor fuente de historias es el Antiguo Testamento. Estas historias pueden ser aplicadas a cualquier edad. La historia, después e ser narrada, debe ser aplicada. Como en 2 Samuel 12:1-4, seguida inmediatamente de la aplicación de la enseñanza en el versículo del mismo capítulo. La historia es para el niño, lo que el sermón es para el adulto. Ejemplos de narración:
· El buen samaritano (Lc. 10)
· La oveja perdida (Lc. 15)
· Las diez vírgenes (Mt. 25)
· El hijo pródigo (Lc. 15)

Hay otras fuentes de historias, además de la Biblia, como son la naturaleza, las biografías, los hechos del momento, etc.

* Tres distintos propósitos de una historia.
- Como una lección en sí misma.
- Como ilustración en apoyo de un tema.
- Como introducción de una lección o tema.
* Tres reglas básicas para el éxito al narrar historias
- Conocer bien la historia.
- Mentalizar la historia.
- Vivir la historia; es decir, ‘sentirla’ al contarla y dramatizarla.

f) Método de la lectura. (Lc. 4:16, Jn. 8:6) El maestro puede pedir a los alumnos que busquen los textos en sus Biblias y que los lean. Esto tiene un valor más grande de lo que generalmente se piensa. La lectura puede ser de otra fuente, además la Biblia.

g) Método de las tareas. Este es el método de aprender haciendo. Ideal para utilizarlo con los niños desde su más tierna edad. El niño aprende, de hecho, cuando hace la lección, siendo debidamente instruido por el maestro. Jesús utilizó este método para enseñarle cierta lección a Pedro (Mt. 17:24-27). Otros ejemplos de este método: Mateo 17:16-21; Marcos 6:45-52; Lucas 9: 14-17; Juan 9:6,7; todo el capítulo 21; Hechos 17:11.

En este método están incluidos:
- Trabajos de investigación.
- Trabajos de redacción.
- Trabajos manuales (dibujos, bosquejos, mapas, montajes de lecciones ilustradas, figuras, juegos
de habilidad mental, enigmas, crucigramas).

Al aplicar este método, el maestro deberá dar instrucciones lo más claramente posible si desea ver resultados satisfactorios.

h) Método Demostrativo. Es el método del ejemplo, sumamente influyente y convincente. Jesús lo utilizó antes de enseñar (Jn. 13:15; Hch. 1:1; 1Pe. 2:21). Es el método de ‘hagan como yo hago’. Los alumnos necesitan no sólo aprender sobre Cristo, sino además ‘aprender a Cristo’ (Efe. 4:20). Sólo es posible ‘aprender a Cristo’ cuando él halla expresión a través de una vida.
La música y los cantos con gestos, para los más pequeños, son de gran valor en este punto, lo mismo que la dramatización.
Todos los métodos de enseñanza producen dos cosas en el alumno: impresión y expresión. Es decir, los métodos tienen el propósito de impresionar la mente y el corazón del alumno, para llevarlo luego a expresarse con un cambio de conducta.

5. Herramientas de Enseñanza

Algunas de ellas son:
* Cuadros, dibujos (especialmente los coloreados).
* Franelógrafos (de diversos tipos).
* Proyectores de diversas clases (dependiendo del costo y del objetivo).
* Transparencias, diapositivas educativas y de buena fuente, en cuanto a calidad y contenido.
Retroproyector. Episcopio.
* Mapas bíblicos.
* Libros de trabajos manuales.
* Lápices de colores, cartulina, etc.
* Modelos (del tabernáculo, del templo de Salomón, de casas orientales, etc.)


Anexo: EL APRENDIZAJE Y LOS SENTIDOS FÍSICOS

a) Se aprende el 20% de lo que se oye. La voz del maestro tiene gran influencia aquí. Debe tener la intensidad ideal para que sea agradable.

b) Se aprende el 30% de lo que se ve. Aquí tiene gran importancia la iluminación. El arreglo del aula también influye mucho. Las ayudas visuales son una gran ayuda.

c) Se aprende el 70% de lo que se examina. De lo que se analiza.

d) Se aprende el 90% de lo que se hace o se participa en grupo. Ejemplos: cantar gesticulando, marchas, pruebas, exámenes, búsqueda y lectura de versículos, trabajos manuales, diseños, investigaciones, redacciones, mapas, etc. Los niños, por ejemplo, aprenden de hecho cuando ‘hacen’ la lección.

e) Se aprende el 90% de lo que se habla. Ejemplos: lectura, memorización, preguntas, recuento de la lección, temas desarrollados, discusión orientada, mesas redondas, exposiciones o disertaciones. Un antiguo proverbio chino dice: ‘Lo que escucho, lo olvido; lo que veo, lo recuerdo; lo que hago, lo aprendo’.

[1] Exposición dada por el Pst. Silas Ramos P., durante la Capacitación y Taller para Pastores y Líderes de la INELA, región Costa, los días 13-16 de diciembre del 2007, en la ciudad de Tacna. Basado en: Gilberto, A. 2001, Manual de Escuela Bíblica Dominical (2da edic.), CPAD - Patmos, Rio de Janeiro, Brasil.
[2] Ver Mt. 5:1,2; Lc. 4:22
[3] Se le llamó así en honor a Sócrates, quien empleó mucho este método.
[4] Ver Mt. 13:51; 16:9-12; 22:20; Marcos 13:2
[5] Jesús empezó una conversación con un joven doctor de la ley preguntándole: ‘¿cómo lees?’ (Lc. 10:26). Felipe comenzó su charla con el etíope preguntándole: ‘¿entiendes lo que lees?’ (Hch. 8:30)
[6] Ver Lc. 24:15-27, 32; Hch. 17:3,17; 18:4; 19:9.