martes, 8 de julio de 2008

Sermón 7 (Los requisitos para los diáconos y diaconisas (servidores)


Pasaje: 1 Timoteo 3:8-16
Tema: Los requisitos para los diáconos y diaconisas (servidores)

Introducción
Los oficios de ancianos y diáconos están íntimamente relacionados, los pastores no están llamados a realizar el todo de todo en la iglesia. Así lo entendieron los apóstoles mismos (Hch.6:1-7), quienes eligieron colaboradores para que se ocupen del servicio, mientras ellos se avocaban a su tarea principal.
En esta sección Pablo le da instrucciones a Timoteo para que se elijan auxiliares o servidores (varones y mujeres) en el ministerio de la iglesia, no sin antes recordarles cuales serían las calificaciones que debían de cumplir.

I. Requisitos para los diáconos (vv.8-9, 12)
A. ‘Los diáconos asimismo…’.
La frase nos parece sugerir que los diáconos deben de cumplir los mismos requisitos de los ancianos, a excepción de ser aptos para enseñar (puesto que eso no sería su tarea) y las facultades relacionadas a las relaciones interpersonales (hospedador u hospitalario, no amigo de peleas, amable y apacible). La función de los diáconos son básicamente (1) servir a la iglesia y, (2) ser ayudantes, o auxiliares, de los que gobiernan las iglesias.
B. Requisitos exigidos a los candidatos. Los candidatos deben ser:
(1) honestos (8a). La DHH aquí lo traduce como ‘hombres respetables’. Su respetabilidad se desprendía de su vida santa y su testimonio probado ante la iglesia y también ante ‘los de afuera’.
(2) sin doblez (8b). Literalmente significa ‘no ser bilingües’ (Hendriksen, 1979, p.150), es decir, no tener un doble lenguaje. Los diáconos, al tener que ayudar a muchas personas, estarían tentados a decir ‘si’ a unos, y ‘no’ a otros (Matthew Henry, p.362). Esto nos recuerda las palabras de nuestro Señor Jesús[1] y de Santiago.
(3) no dados a mucho vino (8c). No ser adictos a la bebida.
(4) no codiciosos de ganancias deshonestas (8d).
(5) que guarden la doctrina con limpia conciencia (v.9). No con la ‘conciencia cauterizada’ (cf. 4:2) que exhibían los falsos maestros, cosa que los había llevado a ser insensibles y no poder distinguir el bien, del mal.
(6) maridos de una sola mujer (12a). No deben ser personas que viven en adulterio.
(7) que gobiernen bien sus hijos y casa (12b). Como una demostración de su autoridad en lo poco (la casa es la iglesia pequeña).

II. Requisitos para las diaconisas (v.11)
A. ‘Las mujeres asimismo…’. Algunos comentarios y autores sugieren que esta expresión se limita a las esposas de los diáconos (Nuevo Comentario Bíblico: Siglo XXI, Tomás de Aquino, Lutero, Prat y J. Jeremías). Si así fuese, los requisitos para los diáconos estarían condicionados por el de sus esposas. Es decir, no podrían ser elegidos como diáconos si sus esposas tampoco cumplían con los requisitos. La palabra ‘asimismo’ utilizada para obispos, diáconos y diaconisas, nos dan el respaldo suficiente para sostener que se trataba de un grupo especial de mujeres dedicadas al servicio en la iglesia. A este mismo grupo debió haber pertenecido Febe, a quien se le menciona en Ro.16:1-2[2], como servidora de ‘muchos’ y de Pablo mismo.
B. ‘…sean…’. En esta sección, el apóstol detalla los requisitos para las diaconisas.
(1) honestas. En el sentido de ser respetables (DHH) o serias, como en el caso de los varones.
(2) no calumniadoras. Que no levanten cargos falsos contra otros -y de esta manera generar escándalos dentro de la iglesia- mediante el chisme (la DHH aquí traduce como ‘no chismosas’).
(3) sobrias. Es la misma palabra que se utiliza en v.2, por lo tanto sugiere una mente despejada que permita tener una sana conciencia.
(4) fieles en todo. No sólo debían de ser fieles a su compromiso matrimonial, sino también a su compromiso con la iglesia y el Señor. Debían ser personas en quienes se podía confiar tareas de suma responsabilidad.

III. La prueba del diaconado (v.10)
A. ‘Sean sometidos a prueba primero…’. Este requisito probablemente es muy similar al hecho de no ser un ‘neófito’ (recién convertido). El pasaje no parece sugerir que los diáconos deben tener primeramente un tiempo de prueba, pues dicha prueba es su misma vida, antes de su elección.
B. ‘…entonces ejerzan el diaconado…’. Solamente si habían mostrado que cumplían con los requisitos mencionados anteriormente, esto es antes de su elección, ellos podían ser llevados a la categoría de servidores. La palabra ‘entonces’ puede ser un condicional que no dejaba que las personas, que no cumplían con los requisitos, avancen hasta llegar inmerecidamente al ministerio diaconal.
C. ‘…si son irreprensibles’. Esto en si mismo puede ser tomado como un requisito adicional para el diaconado. Es lo mismo que se les pide a los ancianos (v.2) y denota la idea de no poder acusarles por ningún lado.

IV. El pago en el diaconado (v.13)
A. Es un pago a la excelencia (‘…los que ejerzan bien…’). Note que aquí el énfasis está puesto en el hacerlo bien, o como diríamos siguiendo el lenguaje actual, en la excelencia. En el servicio a Dios y a la iglesia, debemos de buscar la excelencia en lo que hacemos, nunca trabajando como para el ojo del hombre sino como para Dios (cf. Col.3:23-24) [3].
Buscar una retribución en el servicio ‘…no es de ningún modo pecaminoso, siempre que uno tenga planes de usar esta recompensa para la Gloria de Dios…’ (Hendriksen, p.154).
B. Lo que ganan:
(1) ‘un grado honroso’. El pago del servicio no es una retribución monetaria, como en el caso de los ancianos o pastores (cf.5.17-18)[4]. Aquí Pablo menciona la palabra ‘un grado honroso’ que denota un profundo respeto de parte de todos en la iglesia. No por no ser ancianos u obispos, debían ser tenidos en poca estima. Esto literalmente significa ganar un ‘peldaño’(como subir una grada de la escalera). Por eso algunos han interpretado esto como un paso previo para llegar al ancianato. Lo mas cerca es pensar que se trata de un respeto especial de parte de la iglesia.
(2) 'mucha confianza en la fe’. Esto sin duda es una retribución de tipo espiritual. El servicio a Dios y a su iglesia produce en la persona cierta madurez espiritual que lo lleva a confiar más en el evangelio.

V. Excurso[5] (vv.14-16)
Esta sección es una transición entre los tres primeros y los últimos tres capítulos, de esta carta. ‘Revelan el corazón mismo de la misión (v.15) y el mensaje (v.16) de la iglesia’ (Biblia de estudio MacArthur). El contenido parece salir del contexto de lo que se está hablando y de lo que se comenzará hablar después de él.
A. El motivo de la carta (v.15). Sin duda el motivo principal de la carta son las instrucciones dadas por el apóstol, para que Timoteo sepa como debe conducirse en la casa de Dios, que es la iglesia. Es decir, como debía de conducir la iglesia en Éfeso, en torno a la adoración, la elección de los oficiales y el problema de la falsa doctrina. Las epístolas pastorales tratan principalmente de instrucciones pastorales para Timoteo y Tito.
B. El misterio de la piedad (v.16). Esta sección es parte de un antiguo himno cristológico de la iglesia primitiva y habla acerca de la verdad del evangelio (misterio de la piedad o de la fe). La versión DHH traduce así esta sección:

Cristo se manifestó en su condición de hombre,
triunfó en su condición de espíritu
y fue visto por los ángeles.
Fue anunciado a las naciones,
creído en el mundo
y recibido en la gloria.

Conclusión
Sin duda el servicio es uno de los mayores privilegios en la vida cristiana. Pero, si el servicio no es un asunto ligero, los candidatos deberían de mostrar cualidades que estuvieran probadas en su vida misma. Por otro lado, los diáconos debían de ser reconocidos con respeto por su trabajo de excelencia al Señor, en medio de la iglesia.
A diferencia del obispado, el diaconado es algo a lo cual, tanto varones como mujeres, están invitados para servir al Señor. No debemos olvidar que el servicio es una experiencia que fortalece nuestra fe.

Notas Finales:

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[1] ‘Pero sea vuestro hablar: “Sí, sí” o “No, no”, porque lo que es más de esto, de mal procede’ (Mt.5:37).
‘Sobre todo, hermanos míos, no juréis, ni por el cielo ni por la tierra ni por ningún otro juramento; sino que vuestro «sí» sea sí, y vuestro «no» sea no, para que no caigáis en condenación’ (Stgo.5:12).
[2] ‘Os recomiendo, además, a nuestra hermana Febe, diaconisa de la iglesia en Cencrea. 2Recibidla en el Señor, como es digno de los santos, y ayudadla en cualquier cosa en que necesite de vosotros, porque ella ha ayudado a muchos y a mí mismo’
[3] ‘Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres, 24sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia, porque a Cristo el Señor servís’
[4] ‘Los ancianos que gobiernan bien, sean tenidos por dignos de doble honor, mayormente los que trabajan en predicar y enseñar, 18pues la Escritura dice: «No pondrás bozal al buey que trilla» y «Digno es el obrero de su salario»’
[5] Esta palabra proviene del latín excursus y significa: ‘Efecto de romper el hilo del discurso y de hablar en él de cosas que no tengan conexión o íntimo enlace con aquello de que se está tratando’ (Diccionario RAE).

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