Pasaje: 1 Timoteo 4:1-16
Tema: Instrucciones acerca del peligro de la apostasía (primera parte: vv.1-5)
Introducción
Doce años antes de ser escrita esta carta, el apóstol había dado una profecía, por el Espíritu, de que se levantarían lobos rapaces que no perdonarían al rebaño en Éfeso y tratarían de destruirlo, tanto como apartar a los creyentes del lugar de la verdad y de la sana doctrina. Timoteo está asistiendo al momento preciso en el cual esto está comenzando a cumplirse. Pablo, consciente de ello, le da instrucciones de cómo debe de responder pastoralmente a está funesta e inevitable circunstancia.
I. El peligro de la apostasía (v.1a)
A. Es anunciado por el Espíritu.
Debemos de recordar que, contrariamente al rol de los falsos maestros, es decir enseñar falsas doctrinas; el Espíritu Santo tiene como función enseñar (Jn.14.26) la verdad del evangelio y alertar al pueblo de Dios de los peligros que van contra esa verdad.
Debemos notar que este anuncio es hecho con ‘claridad’, como para que no quede duda de lo que se está diciendo categóricamente.
Ya Pablo, 12 años atrás (cf. Hch.20:29-30)[1] y en el Espíritu, había hecho esta misma advertencia a los ancianos de Éfeso: entrarían lobos rapaces al rebaño y aun de entre ellos mismos se levantarían falsos maestros que arrastrarían discípulos entre los creyentes. Parece que ahora, durante la estadía de Timoteo, ha llegado el momento de esa profecía, que anunciaba la herejía y, consiguientemente, la apostasía.
B. Es un signo de los postreros tiempos.
La apostasía es algo que caminaría paralelamente a la vida de la iglesia, en su paso por el tiempo. Los ‘postreros tiempos’ son una alusión al periodo ubicado entre la primera y segunda venida de Cristo. Esto es algo que se intensifica en lo postrero de lo postrero (cf.Mt.24:11, 24), por eso la necesidad de tener los ojos bien abiertos hoy en día. El mismo apóstol ubica el auge de la apostasía en el momento anterior a la venida del Señor (cf.2Tes.2:1-3).
II. El origen y los agentes de la apostasía (vv.1b-2)
Las herejías, que conllevan a la apostasía, sin duda tienen un origen demoniaco, y su rol principal es el de apartar a los creyentes de la verdad única del evangelio (sana doctrina). Satanás emplea dos tipos de agentes para llevar a cabo su obra de apartar a las personas de la verdad:
A. Agentes espirituales.
1. ‘espíritus engañadores’. En este punto la Biblia MacArthur anota acertadamente: ‘La mejor palabra que define las actividades de Satanás y sus demonios es <> (cp.Jn.8:44[2]; 1Jn.4:1-6)’. Desde que el diablo es el padre de la mentira, el usa a sus agentes para tratar de engañar a los creyentes.
2. ‘demonios’. Los demonios son los agentes en quien las falsas doctrinas tienen su origen. Pablo mismo nos alerta en Ef. 6:11-12 que las asechanzas del diablo vienen a través de ‘huestes espirituales de maldad’, contra quienes el creyente tiene que luchar con ‘toda la armadura de Dios’. Es llamativo el hecho de que Pablo mencione en primer lugar a la verdad (v.14), como primer elemento de la armadura de Dios. Las falsas doctrinas de demonios tienen que ser combatido, en primera instancia, con la verdad de la ‘buena doctrina’ (v.6f).
B. Agentes humanos.
1. ‘gente hipócrita y mentirosa’ (DHH). Esto sin duda es una descripción de los falsos maestros que estaban presentes entre los creyentes de Éfeso. Su doctrina mentirosa y engañosa estaba oculta detrás una aparente ‘apariencia de piedad’ (2Tim.3:5). Eso no es otra cosa que hipocresía.
Lo que se resalta de estos falsos maestros es la pérdida de la sensibilidad a la verdad (tienen una ‘conciencia cauterizada’), pues el pecado los ha convertido en una gran cicatriz que ya no siente nada[3].
III. El objetivo de la apostasía (v.1b, 6a)
A. Apartar de la fe a los creyentes.
Sin duda el objetivo de la apostasía, en tanto instrumento de Satanás, es apartar a los creyentes de la verdad del evangelio. Para esto trata de presentar un evangelio deformado, que no siempre es advertido por los creyentes. Las herejías se presentan como una falsificación fina de la sana doctrina, es por ello que muchos creyentes -poco cimentados en la fe verdadera- son arrastrados por sus enseñanzas.
La palabra apostasía significa literalmente alejarse por completo de una posición original (MacArthur). Ese precisamente es el objetivo principal de la apostasía, alejar a los ‘hermanos’ (v.6a) de la posición original de la verdad.
B. Su objetivo principal no son los inconversos, sino los ‘hermanos’.
Esa es la palabra que se utiliza para referirse a los creyentes. Por eso que Timoteo es animado a ser un buen ministro de Jesucristo a través de la enseñanza correcta (ortodoxia) proporcionada a los hermanos de Éfeso. El debía de gastar todas sus energías, y agotar gran parte de su tiempo, en enseñar la sana doctrina.
IV. Las enseñanzas heréticas que llevan a la apostasía (vv.3-5)
En esta sección, Pablo va a describir parte de las herejías efesias. El componente que vemos en esta sección tiene que ver con el (1) ascetismo (prohibición del matrimonio y abstención de algunos alimentos). Además de esto, la herejía efesia estaba compuesta por (2) el mal uso de la ley, (3) mitos, y (4) genealogías. La herejía efesia tenía elementos judaicos y helenísticos (Mounce).
A. Pesimismo en torno al matrimonio.
Al parecer esto tiene que ver con algunas enseñanza pre-gnósticas que sostenían que la materia (en este caso también el cuerpo) era mala, y por lo tanto había que reprimirla y hasta castigarla. Hendriksen (p.166) menciona que la tesis que los falsos maestros seguían, era la siguiente: ‘Todo lo que es físico o sensual contamina’. Eso probablemente haya producido una opinión desfavorable al matrimonio (cuyo origen parece estar ligado al sexo y la procreación en el matrimonio). Otros autores (MacArthur) piensan que esto también estaba ligado al ascetismo judío de los esenios.
La Biblia es muy clara en torno al matrimonio como institución divina (Gn.2:24). El mismo apóstol tiene un concepto elevado del matrimonio (1Tim.5:11-15; 1Cor.7:8-9, 25-40), por lo tanto no es algo que deba prohibirse, toda vez que esto es bueno.
Es probable también que este tipo de enseñanzas -de ver negativamente el matrimonio- hubiera estado causando problemas maritales en los hogares de los creyentes de Éfeso (cf.2Tim3:6)[4]. El resultado de esto puede haber sido la falta de sujeción en la mujer, algo contra la cual ya había protestado Pablo en el cap.2:11-15 y la negativa a concebir hijos[5].
B. Prohibición de alimentos.
Según William D. Mounce (2000, p.239), ‘Las restricciones dietarias fueron un problema común en la iglesia primitiva (cf.Hec.10:9-16; Ro.14:1-23; 1Cor.10:23-33; Col.2:16, 21). Aunque Jesús había declarado todas las comidas como limpias (Mrc.7:19), las restricciones persistieron’. La única restricción valida, era la de no comer carne sacrificada a los ídolos (cf. Hch.15:29), pero esto no era el caso en Éfeso. Por lo tanto no había razón para prohibirlas.
El Comentario Matthew Henry, hace bien en aclarar que la prohibición de alimentos ‘no sólo no sirve para fomentar la espiritualidad del creyente, sino que es contraria a la voluntad de Dios’. Rechazar los alimentos, es rechazar lo que Dios creó y aprobó como bueno (cf.Gn.1:11-12)[6].
Frente a la enseñanza de los falsos maestros, en torno al matrimonio, como a la prohibición de algunos alimentos, Pablo concluye que ambos son buenos (‘…todo lo que Dios creó es bueno’, v.4). Sobre todo en el caso de los alimentos, estos deben ser tomados con acción de gracias, ya que han sido santificados por la palabra de Dios y la oración del creyente. Esto último alude a la hedíadis, una especie de ´bendición de la mesa’, que los cristianos tomaron del judaísmo. Esta práctica consistía en orar ‘a Dios con frases bíblicas, sacadas de la palabra, para que bendiga los
alimentos’ (Comentario Matthew Henry).
Tema: Instrucciones acerca del peligro de la apostasía (primera parte: vv.1-5)
Introducción
Doce años antes de ser escrita esta carta, el apóstol había dado una profecía, por el Espíritu, de que se levantarían lobos rapaces que no perdonarían al rebaño en Éfeso y tratarían de destruirlo, tanto como apartar a los creyentes del lugar de la verdad y de la sana doctrina. Timoteo está asistiendo al momento preciso en el cual esto está comenzando a cumplirse. Pablo, consciente de ello, le da instrucciones de cómo debe de responder pastoralmente a está funesta e inevitable circunstancia.
I. El peligro de la apostasía (v.1a)
A. Es anunciado por el Espíritu.
Debemos de recordar que, contrariamente al rol de los falsos maestros, es decir enseñar falsas doctrinas; el Espíritu Santo tiene como función enseñar (Jn.14.26) la verdad del evangelio y alertar al pueblo de Dios de los peligros que van contra esa verdad.
Debemos notar que este anuncio es hecho con ‘claridad’, como para que no quede duda de lo que se está diciendo categóricamente.
Ya Pablo, 12 años atrás (cf. Hch.20:29-30)[1] y en el Espíritu, había hecho esta misma advertencia a los ancianos de Éfeso: entrarían lobos rapaces al rebaño y aun de entre ellos mismos se levantarían falsos maestros que arrastrarían discípulos entre los creyentes. Parece que ahora, durante la estadía de Timoteo, ha llegado el momento de esa profecía, que anunciaba la herejía y, consiguientemente, la apostasía.
B. Es un signo de los postreros tiempos.
La apostasía es algo que caminaría paralelamente a la vida de la iglesia, en su paso por el tiempo. Los ‘postreros tiempos’ son una alusión al periodo ubicado entre la primera y segunda venida de Cristo. Esto es algo que se intensifica en lo postrero de lo postrero (cf.Mt.24:11, 24), por eso la necesidad de tener los ojos bien abiertos hoy en día. El mismo apóstol ubica el auge de la apostasía en el momento anterior a la venida del Señor (cf.2Tes.2:1-3).
II. El origen y los agentes de la apostasía (vv.1b-2)
Las herejías, que conllevan a la apostasía, sin duda tienen un origen demoniaco, y su rol principal es el de apartar a los creyentes de la verdad única del evangelio (sana doctrina). Satanás emplea dos tipos de agentes para llevar a cabo su obra de apartar a las personas de la verdad:
A. Agentes espirituales.
1. ‘espíritus engañadores’. En este punto la Biblia MacArthur anota acertadamente: ‘La mejor palabra que define las actividades de Satanás y sus demonios es <
2. ‘demonios’. Los demonios son los agentes en quien las falsas doctrinas tienen su origen. Pablo mismo nos alerta en Ef. 6:11-12 que las asechanzas del diablo vienen a través de ‘huestes espirituales de maldad’, contra quienes el creyente tiene que luchar con ‘toda la armadura de Dios’. Es llamativo el hecho de que Pablo mencione en primer lugar a la verdad (v.14), como primer elemento de la armadura de Dios. Las falsas doctrinas de demonios tienen que ser combatido, en primera instancia, con la verdad de la ‘buena doctrina’ (v.6f).
B. Agentes humanos.
1. ‘gente hipócrita y mentirosa’ (DHH). Esto sin duda es una descripción de los falsos maestros que estaban presentes entre los creyentes de Éfeso. Su doctrina mentirosa y engañosa estaba oculta detrás una aparente ‘apariencia de piedad’ (2Tim.3:5). Eso no es otra cosa que hipocresía.
Lo que se resalta de estos falsos maestros es la pérdida de la sensibilidad a la verdad (tienen una ‘conciencia cauterizada’), pues el pecado los ha convertido en una gran cicatriz que ya no siente nada[3].
III. El objetivo de la apostasía (v.1b, 6a)
A. Apartar de la fe a los creyentes.
Sin duda el objetivo de la apostasía, en tanto instrumento de Satanás, es apartar a los creyentes de la verdad del evangelio. Para esto trata de presentar un evangelio deformado, que no siempre es advertido por los creyentes. Las herejías se presentan como una falsificación fina de la sana doctrina, es por ello que muchos creyentes -poco cimentados en la fe verdadera- son arrastrados por sus enseñanzas.
La palabra apostasía significa literalmente alejarse por completo de una posición original (MacArthur). Ese precisamente es el objetivo principal de la apostasía, alejar a los ‘hermanos’ (v.6a) de la posición original de la verdad.
B. Su objetivo principal no son los inconversos, sino los ‘hermanos’.
Esa es la palabra que se utiliza para referirse a los creyentes. Por eso que Timoteo es animado a ser un buen ministro de Jesucristo a través de la enseñanza correcta (ortodoxia) proporcionada a los hermanos de Éfeso. El debía de gastar todas sus energías, y agotar gran parte de su tiempo, en enseñar la sana doctrina.
IV. Las enseñanzas heréticas que llevan a la apostasía (vv.3-5)
En esta sección, Pablo va a describir parte de las herejías efesias. El componente que vemos en esta sección tiene que ver con el (1) ascetismo (prohibición del matrimonio y abstención de algunos alimentos). Además de esto, la herejía efesia estaba compuesta por (2) el mal uso de la ley, (3) mitos, y (4) genealogías. La herejía efesia tenía elementos judaicos y helenísticos (Mounce).
A. Pesimismo en torno al matrimonio.
Al parecer esto tiene que ver con algunas enseñanza pre-gnósticas que sostenían que la materia (en este caso también el cuerpo) era mala, y por lo tanto había que reprimirla y hasta castigarla. Hendriksen (p.166) menciona que la tesis que los falsos maestros seguían, era la siguiente: ‘Todo lo que es físico o sensual contamina’. Eso probablemente haya producido una opinión desfavorable al matrimonio (cuyo origen parece estar ligado al sexo y la procreación en el matrimonio). Otros autores (MacArthur) piensan que esto también estaba ligado al ascetismo judío de los esenios.
La Biblia es muy clara en torno al matrimonio como institución divina (Gn.2:24). El mismo apóstol tiene un concepto elevado del matrimonio (1Tim.5:11-15; 1Cor.7:8-9, 25-40), por lo tanto no es algo que deba prohibirse, toda vez que esto es bueno.
Es probable también que este tipo de enseñanzas -de ver negativamente el matrimonio- hubiera estado causando problemas maritales en los hogares de los creyentes de Éfeso (cf.2Tim3:6)[4]. El resultado de esto puede haber sido la falta de sujeción en la mujer, algo contra la cual ya había protestado Pablo en el cap.2:11-15 y la negativa a concebir hijos[5].
B. Prohibición de alimentos.
Según William D. Mounce (2000, p.239), ‘Las restricciones dietarias fueron un problema común en la iglesia primitiva (cf.Hec.10:9-16; Ro.14:1-23; 1Cor.10:23-33; Col.2:16, 21). Aunque Jesús había declarado todas las comidas como limpias (Mrc.7:19), las restricciones persistieron’. La única restricción valida, era la de no comer carne sacrificada a los ídolos (cf. Hch.15:29), pero esto no era el caso en Éfeso. Por lo tanto no había razón para prohibirlas.
El Comentario Matthew Henry, hace bien en aclarar que la prohibición de alimentos ‘no sólo no sirve para fomentar la espiritualidad del creyente, sino que es contraria a la voluntad de Dios’. Rechazar los alimentos, es rechazar lo que Dios creó y aprobó como bueno (cf.Gn.1:11-12)[6].
Frente a la enseñanza de los falsos maestros, en torno al matrimonio, como a la prohibición de algunos alimentos, Pablo concluye que ambos son buenos (‘…todo lo que Dios creó es bueno’, v.4). Sobre todo en el caso de los alimentos, estos deben ser tomados con acción de gracias, ya que han sido santificados por la palabra de Dios y la oración del creyente. Esto último alude a la hedíadis, una especie de ´bendición de la mesa’, que los cristianos tomaron del judaísmo. Esta práctica consistía en orar ‘a Dios con frases bíblicas, sacadas de la palabra, para que bendiga los
alimentos’ (Comentario Matthew Henry).
(Continuará...)
Notas finales:
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[1] ‘porque yo sé que después de mi partida entrarán en medio de vosotros lobos rapaces que no perdonarán al rebaño. 30Y de entre vosotros mismos se levantarán hombres que hablarán cosas perversas para arrastrar tras sí discípulos’.
[2] ‘El padre de ustedes es el diablo; ustedes le pertenecen, y tratan de hacer lo que él quiere. El diablo ha sido un asesino desde el principio. No se mantiene en la verdad, y nunca dice la verdad. Cuando dice mentiras, habla como lo que es; porque es mentiroso y es el padre de la mentira’ (DHH).
[3] El verbo griego kasteuriázo (usado solamente aquí en todo el NT) significa: ‘quemar aplicando un hierro ardiente (Comentario Matthew Henry)’. Esto se usaba para marcar a un esclavo o un animal. La cicatriz resultante se tornaba normalmente insensible al tacto (ibíd.). La verdad ya no es incomodaba en absoluto.
[4] ‘porque [los falsos maestros] tienen la costumbre de meterse en cualquier casa para engañar a mujeres tontas y pecadoras…’ (BLS).
[5] Probablemente, por esta razón, el apóstol hace hincapié a las mujeres, de que ellas se salvarán ‘engendrando hijos’ (1Tim.2:15). Hay que recordar que la enseñanza pre-gnóstica condenaba la procreación dentro del matrimonio.
[6] ‘Después dijo Dios: «Produzca la tierra hierba verde, hierba que dé semilla; árbol que dé fruto según su especie, cuya semilla esté en él, sobre la tierra». Y fue así. 12Produjo, pues, la tierra hierba verde, hierba que da semilla según su naturaleza, y árbol que da fruto, cuya semilla está en él, según su especie. Y vio Dios que era bueno’.
[2] ‘El padre de ustedes es el diablo; ustedes le pertenecen, y tratan de hacer lo que él quiere. El diablo ha sido un asesino desde el principio. No se mantiene en la verdad, y nunca dice la verdad. Cuando dice mentiras, habla como lo que es; porque es mentiroso y es el padre de la mentira’ (DHH).
[3] El verbo griego kasteuriázo (usado solamente aquí en todo el NT) significa: ‘quemar aplicando un hierro ardiente (Comentario Matthew Henry)’. Esto se usaba para marcar a un esclavo o un animal. La cicatriz resultante se tornaba normalmente insensible al tacto (ibíd.). La verdad ya no es incomodaba en absoluto.
[4] ‘porque [los falsos maestros] tienen la costumbre de meterse en cualquier casa para engañar a mujeres tontas y pecadoras…’ (BLS).
[5] Probablemente, por esta razón, el apóstol hace hincapié a las mujeres, de que ellas se salvarán ‘engendrando hijos’ (1Tim.2:15). Hay que recordar que la enseñanza pre-gnóstica condenaba la procreación dentro del matrimonio.
[6] ‘Después dijo Dios: «Produzca la tierra hierba verde, hierba que dé semilla; árbol que dé fruto según su especie, cuya semilla esté en él, sobre la tierra». Y fue así. 12Produjo, pues, la tierra hierba verde, hierba que da semilla según su naturaleza, y árbol que da fruto, cuya semilla está en él, según su especie. Y vio Dios que era bueno’.