martes, 22 de julio de 2008

Sermón 12 (La superioridad de la piedad frente al dinero)


Pasaje: 1 Timoteo 6:6-19
Tema: La superioridad de la piedad frente al dinero
Introducción:
En el sermón anterior vimos que el objetivo de los falsos maestros era obtener ganancias económicas por medio una falsa religiosidad, vestida de piedad. Ahora, Pablo quiere demostrarle a Timoteo que la piedad es la única que cosa en la vida que puede proveer verdadero contentamiento. Por el contrario, el dinero sólo produce males y dolores en el ser humano. Entonces lo que se propone demostrar es la superioridad de la piedad frente al dinero. El dinero es efímero y destruye al creyente, pero la piedad tiene implicancias eternas y alimenta la vida espiritual de los hombres de Dios.

I. La verdadera piedad produce contentamiento (vv.6-8)
A. Piedad y contentamiento siempre van de la mano (v.6b).
En la vida cristiana la fidelidad a Dios provee alegría, satisfacción y contentamiento. Aquí se puede ver claramente la superioridad de la piedad frente al dinero. Tal como lo veremos más adelante, dinero aparentemente provee felicidad, pero en realidad sólo produce dolores y muchos males. La alegría de ser fieles a Dios sobrepasa largamente la alegría de tener muchos millones en una cuenta bancaria.
No se puede separar de ninguna manera la piedad del contentamiento. Por lo tanto, la mejor forma de contentar nuestra vida, es practicar la piedad.
B. La piedad es la mejor ganancia en el ministerio, puesto que ésta provee contentamiento (vv.6a, 7).
Recordemos que Pablo ha repudiado la codicia de los falsos maestros, quienes han tomado la religión como fuente de ganancia. Sin embargo, la ganancia en el ministerio no siempre tiene que estar ligada a lo material o a lo monetario. Pablo presenta una ganancia mucho mejor, que tiene que ver con la fidelidad a Dios, con la santidad personal y la realidad de la vida eterna [dos veces en esta sección, Pablo le indica a Timoteo que él y los hermanos echen ‘mano de la vida eterna’ (vv.12b, 19b)]. Esa ganancia es la que Timoteo debía de buscar en la vida presente, porque ésta permanecerá por la eternidad. Por su lado, las ganancias materiales y monetarias, son temporales y sólo para esta vida presente[1].
C. El contentamiento en el ministerio proviene de la satisfacción básica de nuestras necesidades (v.8).
Ya hemos mencionado que el ministerio cristiano no es para acumular riquezas. Esa era más bien algo que caracterizaba a los falsos maestros. El ministro cristiano debe de contentarse con tener lo básico para su supervivencia, es decir ‘sustento y abrigo’. La palabra ‘sustento’ sin duda se refiere a la comida y las satisfacciones básicas de la supervivencia humana. ‘Abrigo’ no solamente tiene que ver con la ropa, sino también con una casa donde vivir dignamente. Pablo no anima a los pastores a hacerse ricos a partir del ministerio cristiano, tampoco entiende el ministerio en términos de mendicidad. Ambos constituyen una gran tentación. Por eso la oración del ministro cristiano, y de todo creyente en general, debe ser:
‘…no me des pobreza ni riquezas, sino susténtame con el pan necesario, 9no sea que, una vez saciado, te niegue y diga: «¿Quién es Jehová?», o que, siendo pobre, robe y blasfeme contra el nombre de mi Dios’ (Prov.30:8-9)

II. El amor al dinero sólo produce males y dolores (vv.9-10)
A. Es una tentación en el ministerio (v.9a).
Sin duda el dinero, la fama (orgullo) y las mujeres; son tres de las más grandes tentaciones en el ministerio. Muchas personas han sucumbido a la tentación del dinero y se han dejado gobernar por la codicia, por eso, es mejor que en la iglesia el pastor no se dedique a guardar lo que se recauda de diezmos y ofrendas. Grandes ministerio han caído por esta causa.
B. Algunas personas se hacen esclavas (´lazo’) de ella (v.9b).
El dinero es una trampa muy sutil en la que se cae con mucha facilidad. Es un mal degenerativo, uno empieza al inicio tomando o exigiendo pequeñas cantidades, pero con el tiempo ésta va creciendo vez tras vez. Cuando uno quiere salir de esta poderosa trampa, encuentra que le resulta imposible. Cuando se quiere reaccionar, uno se da cuenta que ha caído en la codicia: se anhela tener más y más. De eso hablaremos a continuación.
C. Pablo enumera los males y dolores que producen el amor al dinero (vv.9c, 10).
El apóstol no duda en señalar al amor al dinero como la raíz de todos los males. Estos son algunos de los males:
c.1 codicias necias y dañosas. La codicia no es otra cosa que un ‘afán excesivo de riquezas’ (Diccionario RAE), con el agravante que ésta es una codicia terca y porfiada; que daña peligrosamente a la persona que la padece. Pablo hace bien en catalogarla como parte de los males y dolores que padece una persona que ha sido atrapada por ella.
c.2 destrucción. La codicia lo único que hace es terminar destruyendo a la persona que la padece. Es como la historia de un rey codicioso que pidió que todo lo que tocase se convirtiera en oro. Al inicio del día estaba muy alegre porque al parecer había acumulado mucho dinero, con todo lo que había tocado. Cuando sintió hambre, recibió su plato de comida y éste se convirtió en oro, lo mismo pasó con su vino y con todo lo que le traían. Al cabo de tres días se estaba muriendo de hambre. La codicia terminó por destruirlo.
c.3 perdición. La destrucción se expresa en perdición de la persona.
c.4 extraviarse de la fe. Los dolores y los males, producidos por el amor al dinero y que traspasan a una persona como con una lanza, llegan a su punto más alto con el hecho de extraviarse de la fe (¿apostasía?), esto es, de la esencia de la doctrina cristiana. Esto era lo que había sucedido con los falsos maestros. Timoteo debe cuidarse de no caer en lo mismo.
El amor al dinero lleva a la persona a reemplazar a Dios por Mamón.

III. La piedad produce santidad (vv.11-14 ,19)
A. ‘…tu, hombre de Dios, huye de estas cosas’ (v.11a).
El verdadero ministro del evangelio debe de apartarse del hambre por el oro, es decir, debe seguir la piedad, porque ésta le conduce a la santidad (=apartarse de). Timoteo debe mantenerse lo más alejado posible, del amor al dinero. Tenía que exhibir lo contrario, a los desvalores de sus oponentes. Es decir, la piedad en lugar del dinero.
B. Pablo enumera las cosas que deben seguir los creyentes, como parte de la santificación (v.11b). En el punto anterior vimos los males y dolores que producen el amor al dinero. Ahora veamos las cosas buenas a las que nos conduce la piedad:
b.1 justicia. Lo que es recto delante de Dios y los hombres.
b.2 piedad. Denota una vida santa a la semejanza de Cristo.
b.3 fe. Confianza plena en Dios y sus promesas.
b.4 amor. Dirigido a Dios antes que a las cosas materiales.
b.5 paciencia. Es la virtud de soportar el temporal cuando todo es adverso o contrario a uno (pej. las persecuciones).
b.6 mansedumbre. Esto es, ‘paciencia con respecto a personas’ (Hendriksen, p.231)
C. Lo que incluye la santidad (vv.12-14).
c.1 pelear la buena batalla de la fe. La batalla consiste en ‘continuar huyendo de los vicios de sus oponentes’ (ibíd.) a través de una vida santa.
c.2 echar mano de la vida eterna.
c.3 confesión pública de Cristo (profesión). La santificación se inicia cuando hemos hecho publico nuestro deseo de seguir a Cristo. Por lo tanto, la santificación demanda de cada cristiano una confesión pública de nuestros pecados y el deseo de vivir una vida según la buena doctrina. Declarar públicamente nuestra fe, no debe avergonzarnos. Para eso tenemos el ejemplo de nuestro Señor Jesucristo, ‘quien dio testimonio de la buena profesión delante de Poncio Pilato’ (v.13b)
c.4 guardar el ‘mandamiento’. Esto se refiere a las ordenanzas de Pablo y de la Palabra de Dios. Timoteo debe hacerlo, ‘manteniendo una conducta pura e irreprensible hasta la venida gloriosa de nuestro Señor Jesucristo’ (DHH)

IV. El dinero produce orgullo (vv.17-18)
A. ‘manda que no sean altivos’ (v.17a).
Si la piedad y el contentamiento van de la mano, también van el dinero y el orgullo. Los ricos usualmente menosprecian a los pobres y actúan como si fueran superiores[2]. Mientras más rica es una persona, ésta se torna todavía más orgullosa. Dios condena la mofa que se hace contra los pobres (Prov.17:5, DHH)[3]
B. El orgullo humano hace que uno sienta que la riqueza viene de si mismo (v.17b).
En este punto el apóstol declara: ‘Dios… nos da todas las cosas con abundancia’ (DHH). Lo que está tratando de decirnos es que todo proviene de Dios, la riqueza no viene de nosotros mismos, sino de Dios, quien nos da la inteligencia y las fuerzas para hacerla. Dios le había advertido del pecado de la autosuficiencia al pueblo de Israel antes de introducirlos en la tierra prometida (Dt. 8:17-18)[4]. Hoy hace lo mismo con nosotros, quienes hemos sido introducido en la nueva vida.
C. El orgullo debe ser desplazado por las buenas obras (v.18).
Pablo ahora presenta la manera correcta de ser ricos, esto es haciendo el bien a los demás. Esto es precisamente la piedad. En buena cuenta, Pablo está demostrando una vez más la superioridad de la piedad frente al dinero. La verdadera riqueza es la piedad, esto implica ser:
c.1 dadivosos. Recordemos que más bendición hay en ‘dar que en recibir’ (Hch.20:35).
c.2 generosos. La generosidad se muestra asistiendo al pobre en su necesidad.
En un sermón pasado hemos dicho que, en la doctrina cristiana existe una responsabilidad de los que más tienen, frente al pobre.
Hay que recordar que este mandato está dirigido a ‘los que tienen riquezas de esta vida…’ (v.17a). Lo que pasa en esta vida puede resultar inverso a lo que va a pasar en el cielo (no olvidemos la parábola de Lázaro y el rico).

Conclusión
Estimados hermanos, el dinero en sí mismo no es malo, porque es un regalo de Dios (Dt.8:18), el problema es cual es nuestra actitud frente a él. El dinero es dado por Dios para bendecir a los que menos tienen en la iglesia y en la sociedad (en ese orden). Sin embargo esto no debe quitarnos el sueño, puesto que existe algo mucho más grande que el dinero y eso es la piedad, es decir, una vida entregada por completo a Dios. Que nuestra oración sea como la del proverbio que hemos leído en el sermón. Que Dios nos sustente con lo suficiente como para mantenernos siempre fieles a él. Eso es la piedad.
Notas Finales
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[1] Aquí Pablo quiere dejar bien en claro que, ‘…cuando nacimos no trajimos nada al mundo, y al morir tampoco podremos llevarnos nada’ (v.7, BLS). Sus palabras nos recuerdan a Job (1:21), al salmo de los hijos de Coré (Salm.49:17) y al Qohelet (Ecl.5:15).
[2] ‘El pobre habla con ruegos; el rico responde con altanería’ (Prov.18:23)
[3] ‘El que se burla del pobre ofende a su Creador; el que se alegra de su desgracia no quedará sin castigo’
[4] ‘y digas en tu corazón: “Mi poder y la fuerza de mi mano me han traído esta riqueza”; 18sino acuérdate de Jehová, tu Dios, porque él es quien te da el poder para adquirir las riquezas, a fin de confirmar el pacto que juró a tus padres, como lo hace hoy’

Sermón 11 (Pablo revela los rasgos de los falsos maestros)


Pasaje: 1 Timoteo 6:3-5
Tema: Pablo revela los rasgos de los falsos maestros.

Introducción:
Nuevamente el apóstol pone su mirada en los falsos maestros. Esta sección guarda mucho paralelismo con el capítulo 1:3-7 y aborda los rasgos de los maestros de Éfeso.
Después de tomarles una buena radiografía, Pablo le revela a Timoteo cuales son sus verdaderas pretensiones. La sección termina con un llamado a mantenerse lo más alejado posible de aquellos que habían dejado corromper su mente con la mentira y que habían sido arrastrados por la codicia del dinero.
Esta noche veamos cuales son:

I. Las características de los falsos maestros (v.3)
A. Enseñan ‘otra cosa’ (3a).
Sin duda se trata de una doctrina diferente, que se ha distanciado enormemente del verdadero evangelio. Esta doctrina es una construcción teológica particular de los falsos maestros en Éfeso. Sólo Pablo, a través del Espíritu, puede discernir ésta peligrosa deformación que muchos no podían advertir entre los hermanos de la iglesia efesia.
B. No se conforman a las sanas palabras (3b).
Después de haber hecho una medición minuciosa, Pablo llega a la conclusión de que ésta doctrina (‘otra cosa’), no está de acuerdo a lo enseñado por Jesús, el maestro por excelencia. Si esto es así, ellos estaban frente a una falsificación fina del verdadero y único evangelio. Es posible que los falsos maestros hayan estado torciendo las mismas enseñanzas del apóstol Pablo (cf.2Pe.3:15-16).
C. Rechazan la doctrina que es conforme a la piedad (3c).
Es decir, rechazan la sana doctrina que se expresa mediante la santidad del que la predica. El pecado es su principal distintivo, la piedad es solamente una apariencia para sus fines corrompidos.

II. La naturaleza de los falsos maestros (vv.4-5a)
A. Son personas envanecidas (‘orgullosos’, v.4a, DHH).
A pesar de su error, los falsos maestros eran profundamente orgullosos. No hay peor cosa para una persona, que sentirse orgulloso del error. ¡Es verdaderamente una cosa de tontos!
B. Son ignorantes (‘nada sabe’, v.4b).
De esto ya había hablado Pablo en el capítulo 1. Los falsos maestros, a pesar de tener la pretensión de ser ‘maestros de la Ley’, no entendían lo que enseñaban con tanta seguridad (1:7)[1]. ¡No sabían ni siquiera donde estaban parados!
C. Deliran en cuanto a lucha de palabras (‘cuestiones y contiendas de palabras’, v.4c).
A estos falsos maestros les gustaba mucho las polémicas sobre asuntos totalmente inútiles, estériles y sin sentido. Se fascinaban con los juegos de palabras. Pablo los presenta como personas que tienen un ‘afán enfermizo de provocar discusiones inútiles’ (v.4b, NVI). Era algo así como la discusión medieval de cuantos ángeles caben sobre la cabeza de un alfiler.
El evangelio no trata de discusiones teóricas, sino de una vida práctica (ortopraxis[2]) expresada en la de devoción personal a Dios (piedad). El hacer es más importante que el saber. Esto no quiere decir que el saber no sea importante, sino que esto tiene que traducirse en actos correctos.
Pablo menciona que el resultado de la lucha de palabras es desastroso, de ahí nacen las:
c.1 envidias. Las discusiones religiosas no ayudan en nada a la unidad de la iglesia. Uno se siente el ganador, y el otro es visto como perdedor. El ‘vencedor’ se vuelve todavía más orgulloso, dado que su ´reputación’ crece. Se siente con el derecho a menospreciar a su oponente. El segundo sólo puede apelar a la envidia, un sentimiento de venganza se va gestando dentro de él.
c.2 pleitos. Otra cosa que genera las discusiones sobre ideas religiosas, son los inevitables pleitos. Muchas buenas amistades han terminado debido a una discusión en torno a argumentos inútiles, incluso los pleitos se han trasladado a sus descendientes: hijos y nietos. Bien dice el dicho, ‘es mejor perder una discusión, que perder un amigo’.
c.3 blasfemias. Lo resultante de una discusión de ideas religiosas, son los insultos contra Dios y contra las personas que intentan defender el nombre de Dios. Esto está dado en forma de palabras despectivas e insolentes, también insultos hirientes, entre ‘vencedores’ y ‘vencidos’.
c.4 malas sospechas. Otro resultado sórdido de las discusiones religiosas son las sospechas entre uno y otro bando. En este punto William Hendriksen (p.224) escribe:
La mente del individuo envidioso está obsesionada por la desconfianza y los presentimientos. Comienza por sospechar de cada acción de su oponente, de cada palabra, de cada gesto. Piensa que hay una “razón oculta” detrás de cada movimiento de la persona que considera su antagonista.
c.5 disputas necias (v.5a). Está claro que las peleas y las disputas sólo generan más disputas. El que se siente ganador, querrá arremeter nuevamente contra su oponente, el que fue humillado querrá venganza, tiene sed de sangre y se abalanza nuevamente sobre su oponente. Las discusiones sobre temas religiosos muchas veces pueden introducirnos dentro de un peligroso círculo vicioso.
D. Son ‘corruptos de entendimiento’ (v.5b).
Aquí nuevamente el apóstol Pablo retoma la descripción de la naturaleza de los falsos maestros. Ellos tienen una mente corrompida, o como la NVI traduce, tienen una ‘mente depravada’, vendida al pecado. Las discusiones inútiles son el resultado de una mente corrompida. Una sana conciencia por el contrario, busca la verdadera piedad (devoción sincera a Dios), a través de la santidad personal.
E. Están privados de la verdad (v.5c).
No puede haber otro resultado previsible que éste. El tener una mente corrompida está conectado al hecho de estar privados de la verdad. Hendriksen (p.224) hace bien al comentar esos puntos, en estos términos:
Los seguidores del error de Éfeso y sus alrededores se han corrompido, de tal manera que ahora han llegado a estar en el estado permanente de “depravados en la mente”. La mente depravada se opone a la verdad y recibe bien la mentira, hasta al fin quienes poseen una mente así llegan a estar completa y permanentemente separados de la verdad: la revelación objetiva de Dios revelada en su Palabra.
Estos falsos maestros viven un estado de apostasía permanente, ‘porque conocieron antes la verdad y al parecer se acogieron a ella, pero después se apartaron y la rechazaron por completo’ (MacArthur).

III. El objetivo de los falsos maestros (v.5d, 9-10)
A. Obtener ganancias económicas.

Parece ser que la motivación principal de los falsos maestros son las fáciles ganancias económicas (mas adelante va a criticar la codicia y el amor al dinero[3] en la que habían caído los falsos maestros). Eran verdaderos parásitos de la religión, viviendo del trabajo y la inocencia de otros.
B. Su principal herramienta es una falsa piedad.
Una persona verdaderamente piadosa no piensa en enriquecerse, mucho menos a costa del evangelio. Estos falsos maestros necesitan una buena mascara para no ser descubiertos, para lograr arrancar el dinero de los bolsillos de los hermanos de Éfeso. Eso los lleva a aparentar una piedad que no tienen (cf.2Tim.3:5[4]; Tit.1:16[5]). Ya Pablo había dejado entrever que ellos poseían una fe fingida (cf.1:5b)[6]. Eran lobos debajo de pieles de corderos.
Es probable que estuvieran cobrando ‘tarifas exorbitantes por la “instrucción” (?) que [impartían]’. No se trataba de una cuestión de sobrevivencia, es decir, ganar lo mínimo como para seguir existiendo, ellos tenían la pretensión de hacerse ricos por medio del evangelio.
C. Por lo tanto es necesario apartarse de ellos.
Aunque algunas versiones no incluyen esta parte, pero resulta lógica la recomendación del apóstol[7]. Ante tamaña pretensión, no quedaba otra cosa que mantenerse alejados de ellos. El hecho de estar cerca, podía dar lugar a que los demás sobreentendieran, que los falsos maestros estaban en lo correcto, además, Timoteo mismo corría el peligro de corromperse por la influencia de ellos. En la vida práctica, ‘las malas juntas corrompen las buenas costumbres’. No debemos olvidar los consejos del salmista cuando escribe, ‘Yo soy amigo de los que te honran y de los que cumplen tus preceptos’ (Salm.119:63, DHH).
Un verdadero creyente nunca tiene amistad con los que tercamente ofenden la verdad y el nombre de Dios.

Conclusión
Sin duda las falsas doctrinas terminan por destruir a los creyentes y sacarlos del lugar de origen (esto es lo que significa apostasía). Quienes trafican con el evangelio, lo único que buscan son hacerse ricos a costas de la inocencia y del buen corazón de los hermanos en la fe. Si por un lado, los falsos maestros tienen gran responsabilidad en esto, existe también una responsabilidad de parte del creyente, por no haber desarrollado adecuadamente su don discernimiento, mediante el estudio responsable de la Palabra de Dios. Existe también una cuota de responsabilidad en los pastores que tienen a su cargo la protección del rebaño que se les ha encomendado. El menor descuido puede ser fatal para que los lobos entren y destruyan las ovejas del rebaño de Dios. Por eso debemos de estar siempre alertas, no olvidemos que los falsos maestros sólo buscan destruir el rebaño y sacar todo el dinero posible de los bolsillos de los creyentes sinceros.

Notas Finales

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[1] ‘Pretenden ser doctores de la Ley, cuando no entienden ni lo que hablan ni lo que afirman’
[2] La sana doctrina tiene dos componentes bien definidos: (1) ortodoxia, creencia correcta y, (2) ortopraxis, práctica correcta.
[3] ‘pero los que quieren enriquecerse caen en tentación y lazo, y en muchas codicias necias y dañosas que hunden a los hombres en destrucción y perdición, 10porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe y fueron atormentados con muchos dolores’ (6:9-10).
[4] ‘que tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella…’
[5] ‘Profesan conocer a Dios, pero con los hechos lo niegan, siendo abominables y rebeldes, reprobados en cuanto a toda buena obra’.
[6] ‘El propósito de este mandamiento es el amor nacido de corazón limpio, de buena conciencia y fe no fingida’ (esto lo podemos deducir por oposición)
[7] En su segunda carta si va a ser muy contundente con respecto a la cercanía de los falsos maestros: el debía de mantenerse lo más alejado posible [cf. 2Tim.3:5b (‘A esos, evítalos’)]

Sermón 10 (Los deberes del cuidado pastoral encargado a Timoteo)


Pasaje: 1 Timoteo caps.5-6:2.
Tema: Los deberes del cuidado pastoral encargado a Timoteo

Introducción:
Después de alertarle de la pronta aparición de la apostasía en Éfeso y animarle a dar respuestas pastorales frente a ese peligro, ahora Pablo da instrucciones a Timoteo acerca de sus deberes en el cuidado ministerial de la iglesia a su cargo. Los deberes están relacionados a la forma cómo él trataría los casos de pecados entre ancianos y jóvenes, el cuidado de las viudas (quienes tienen una opción preferencial en toda Biblia), el sostenimiento y el desempeño de los ancianos-pastores y las relaciones laborales entre esclavos cristianos, con sus amos no creyentes y creyentes.

I. Deberes en torno a la exhortación de ancianos y jóvenes (vv.1-2)
A. Los ancianos (en edad).
Pablo no le pide a Timoteo, que no exhorte a los ancianos, sino que lo haga con mucho respeto, como lo haría con un padre. Timoteo, que había sido instruido en la Ley (por su abuela y su madre) sabía perfectamente el quinto mandamiento de honrar a padre y madre (cf.Ex.20:12). Pablo mismo sabe que éste es ‘el primer mandamiento con promesa’ (Ef.6:2).
B. Las ancianas (2a).
Aquí también se debía de aplicar el principio anterior, de exhortar a las ancianas con respeto, como a verdaderas madres.
C. Los jóvenes (1b).
Siguiendo el principio de relaciones familiares, ahora Pablo le pide a Timoteo, que exhorte a los jóvenes, como a sus propios hermanos.
D. Las jovencitas (2b).
Como en el caso anterior, ellas deben ser exhortadas como a hermanas. Aquí Pablo agrega algo nuevo: debe de hacerlo con pureza.

II. Deberes en torno al cuidado de las viudas (vv.3-16)
Parte de los deberes ministeriales de Timoteo, era instruir a la congregación en torno al cuidado de las viudas cristianas. Timoteo es animado a distinguir diferentes tipos de viudas, para luego dar instrucciones a la iglesia de Éfeso en torno al sostenimiento de ellas. Las viudas que serían sostenidas por la iglesia, debían de estar enroladas en una lista.
A. Las viudas verdaderas (vv.3, 5).
Se trata de viudas que no tienen a nadie quien las sostenga, han quedado a la merced de la misericordia y la buena voluntad de las personas. Este tipo de viuda posee algunas características espirituales [‘confía en Dios y le pide su ayuda de día y de noche’ (v.5b, BLS)]. Tanto en la tradición judía, como en la cristiana (cf. Hch.6:1-6; Stgo.1:27), las viudas ocupan un lugar preferencial. Dios mismo es presentado como el defensor de las viudas en el AT (vea Sal.68:5).
B. Las viudas que tienen familiares (v.4, 7-8).
Este tipo de viudas, habían sido abandonadas por sus propios familiares. Hay que recordar que la sección referente a las viudas (v.3) inicia con un llamado a honrar a las viudas. En la sección anterior vimos que las ancianas (entre ellas las viudas) debían de ser tratadas como a madres.
Había un problema ético de parte de los creyentes. Ellos no estaban cumpliendo con sostener a sus propias viudas (madres o abuelas), sobrecargando de manera innecesaria a la iglesia. Esto iba contra la Ley, la tradición cristiana y contra los estándares de la sociedad romana.
C. Las viudas que se entregan a los placeres (v.6).
Puede ser una alusión a las viudas jóvenes que se mencionan en los vv.11-15. Son viudas que se habían entregado a los placeres terrenales. Pablo considera que están muertas en vida (en un sentido espiritual), debido a su vida desordenada.
D. Las viudas mayores de sesenta años (vv.9-10).
Estas conformaban el grupo de viudas con menos posibilidades de sobrevivir, debido a su edad. Si la iglesia no las acogía, morirían inevitablemente. Según la época, tener 60 años era como tener 80 años en la sociedad actual. Con esa edad sus posibilidades disminuían todavía más. Sin embargo, la edad no era el único criterio a aplicarse, ellas debían haber sido: (1) esposas ‘de un solo marido’, y (2) haber tenido ‘testimonio de buenas obras’: esto incluye (2a) haber criado bien a sus hijos (DHH), (2b) haber ‘practicado la hospitalidad’ y, (2c) lavar ´los pies de los santos’ (esto es un símbolo de humildad y de servicio).
E. Las viudas jóvenes (vv.11-15).
A este tipo de viudas el apóstol le dedica la mayor cantidad de versículos en este capítulo. Estas viudas probablemente habían caído en los lazos de los falsos maestros (cf.v.15). Eso se podía ver en su forma de vida licenciosa, pues se habían convertido en ociosas, chismosas y entrometidas (v.13). Lo mejor para ellas es el re-casamiento (v.14).
F. Las viudas sostenidas por otros creyentes (v.16).
Eran viudas que habían sido acogidas en los hogares de algunos buenos creyentes. Timoteo debía de animarlos a seguirlas sosteniendo, esto permitiría a la iglesia, a centrar sus limitados recursos en las viudas que estaban en una posición de verdadera pobreza extrema.

III. Deberes en torno a los pastores-ancianos (vv.17-21)
A. El sostenimiento de los ancianos (vv.17-18).
A diferencia de los del v.1, estos son ancianos en términos ministeriales (ancianos-pastores). La expresión ‘mayormente los que trabajan en predicar y enseñar’ (v.17b) nos sugiere la existencia de varios tipos de ancianos. En el caso específico, los que predican y enseñan -y lo hacen con excelencia- debían de ser reconocidos doblemente. Algunas traducciones (BLS) apuntan al hecho de recibir un doble salario. No hacerlo era una cuestión ética (no poner ‘bozal al buey que trilla’ es una fuerte crítica contra aquellos que niegan el salario a quien se lo ha ganado merecidamente. Pablo ha desarrollado esta misma idea en 1Cor.9:9-11).
B. Las acusaciones contra los ancianos (v.19).
Era muy probable que se estuviesen realizando acusaciones contra los ancianos, con mucha ligereza. Pablo no pide nada nuevo aquí, esto es algo que Jesús mismo había establecido en Mateo 18:15-16. El apóstol no se opone a las acusaciones, sólo que estas debían de estar acompañadas de ‘dos o tres testigos’. Eso evitaría que se cometa una calumnia e injusticia contra los ancianos (obispos). Tampoco Pablo reclamaba impunidad para los líderes del ministerio.
C. La disciplina contra los ancianos (vv.20-21).
Si por un lado Timoteo está llamado a proteger a los ancianos contra las acusaciones falsas, por otro lado esta llamado a ser muy duro cuando se trata de un pecado flagrante y no renunciado. En ese caso, los obispos pecadores deberían de ser reprendidos públicamente. La disciplina contra los ancianos, es mucho más rígida que contra los hermanos de la congregación (cf.vv.1-2).
Hoy en día existe un mal llamado ‘espíritu de cuerpo’ en las instituciones públicas. Con esa excusa se ´tapan’ muchas faltas, y hasta delitos, de los compañeros de trabajo. Timoteo no debía de hacer uso de ese sórdido recurso [‘…no haciendo nada con parcialidad’ (v.21)], tampoco debía de actuar en función a los ‘prejuicios’ (lo que otros podrían pensar de él y él de los ancianos), ni a la subjetividad.

IV. Deberes en torno a él mismo (vv.22-23)
A. La imposición de manos (v.22a).
Esto tiene relación con ‘La ceremonia que afirmaba la disponibilidad y la aceptación de un hombre para el ministerio público como anciano, pastor o supervisor’ (MacArthur). Timoteo debe asegurar que los requisitos exigidos para el ministerio, se hayan cumplido al pie de la letra. Lo contrario a eso, Pablo lo considera como una ‘ligereza’.
B. El cuidado de su santidad personal (v.22b).
Su santidad personal se podía manchar si él, sabiendo que el candidato a obispo no era ni moral ni espiritualmente apto, era aceptado como tal. Esa era una forma de participar de ‘pecados ajenos’. Por el contrario, él estaba llamado a ‘conservarse puro’.
C. El cuidado de su salud personal (v.23).
En el capítulo anterior (4:16) vimos el llamado de Pablo a Timoteo, de cuidar de si mismo en el plano espiritual. Ahora le invoca a cuidar de si mismo en cuanto a su salud. Al vino se le conferían propiedades digestivas curativas en el siglo I. Si a esto le agregamos, que no existía lo que hoy llamamos agua potable, era de entenderse que se le pidiera que no se abstuviera de vino, puesto que éste era más séptico que el agua. Timoteo ya tenía suficiente problemas con su estomago, como para prestar atención a las críticas, que podrían señalarlo como bebedor empedernido.

V. Deberes en torno a las relaciones entre esclavos y amos (6:1-2)
Otra área del ministerio de Timoteo tenía que ver con la regulación de las relaciones entre los esclavos y sus amos, tanto no creyentes como creyentes.
A. Los esclavos creyentes deben tener por dignos de honor a sus amos no creyentes (v.1).
Era probable que los esclavos creyentes no estaban dando buen testimonio, con su trabajo, ante sus amos inconversos. En todo tiempo existe una expectativa muy elevada en torno a los creyentes. No estar a la altura del buen testimonio de la iglesia, sin duda desacredita el evangelio y blasfema ‘el nombre de Dios y la doctrina’. Los trabajadores cristianos estamos llamados a mantener una ética adecuada de trabajo. El buen testimonio de la iglesia, y la doctrina, así lo exigen.
B. Los esclavos creyentes no deben menospreciar a sus amos creyentes simplemente por ser sus hermanos (v.2).
Otro error común del primer siglo (que también sucede el día de hoy), fue tener en poca estima a los amos creyentes. Se piensa que porque son nuestros hermanos, e iguales a nosotros ante Dios, pues entonces tienen que soportar todas nuestras faltas laborales. Sin duda los esclavos del primer siglo habían seguido esta falsa lógica. Muy por el contrario, Timoteo debe de instruirles a que sirvan mejor a sus amos creyentes, puesto que son sus propios hermanos en Cristo quienes se benefician de su trabajo.

Conclusión
Sin duda, los que estamos en el ministerio, tenemos muchas tareas que cumplir día a día. Estas tareas no solamente están relacionadas a las necesidades espirituales de las personas. Como hemos visto, Pablo le dedica casi todo el capítulo cinco al cuidado de las viudas, lo que significaba un problema ‘social’ en la iglesia de Éfeso. En el ministerio estamos llamados a atender tanto necesidades espirituales, como materiales. Estamos llamados a exhortar con amor, como a denunciar públicamente a los que persisten en pecar. A señalar el camino correcto en las relaciones laborales entre trabajadores cristianos y jefes inconversos (también creyentes). Todo esto se debe de hacer sin dejar de lado el cuidado de uno mismo (el ministro), lo cual es importante.

Sermón 9 [(Instrucciones acerca del peligro de la apostasía (segunda parte: vv.6-16)]


Pasaje: 1 Timoteo 4:6-16
Tema: Instrucciones acerca del peligro de la apostasía (segunda parte: vv.6-16)


V. Las respuestas pastorales frente al peligro de la apostasía (vv.6-16)
A continuación, luego de haber profetizado en el Espíritu, acerca del advenimiento de la apostasía, El apóstol se propone aconsejar en torno a las respuestas pastorales que debería de llevar a cabo Timoteo, frente a este peligro. Son los consejos del ‘viejo’ apóstol, a un ‘joven’ ministro de Jesucristo, en su lucha por combatir las herejías y la consiguiente apostasía.
A continuación veamos cuales son las respuestas pastorales que tiene que dar Timoteo frente a este problema:

A. Alertar acerca del peligro (v.6a)
Timoteo tiene que empezar por notificar a los hermanos, acerca del peligro de la apostasía que doce años antes, ya había anunciado directamente a los ancianos de Éfeso y que ahora lo está ratificando, por el Espíritu, a Timoteo. Esto lo iba a lograr a través de la enseñanza de la buena doctrina que Timoteo había seguido desde su niñez. Esta es la tarea del pastor frente a la amenaza de las herejías en la iglesia, su rol lo compromete a resistir, pelear y expulsar a los lobos que quieren pervertir el rebaño que le ha sido encargado. Pero por sobre todo, enseñar al rebaño acerca la única verdad revelada en Cristo Jesús, para que ellos puedan discernir las herejías, de la sana doctrina. La mejor arma que posee el ministro cristiano, frente a las falsas doctrinas, siempre será la palabra de Dios, que es la Biblia. La labor de enseñar correctamente, según la buena doctrina, es lo que hace que el ministro sea hallado excelente (kalós). Ser un ‘buen ministro de Jesucristo’, es el resultado de ser responsable en la protección del rebaño, mediante la enseñanza de la verdad única de Dios.

B. Nutrirse de la ‘buena doctrina’ (v.6b)
Esto es algo que tiene relación con lo anterior. Nadie puede enseñar la verdad, a menos que esté bien nutrido de la verdad. Si Timoteo quiere enseñar la buena doctrina, tiene que alimentarse primeramente de ella. La preparación del pastor, y su vida devocional, son cosas fundamentales en su ministerio. Muchos pastores fallamos porque tenemos en poca estima la preparación ministerial. También porque descuidamos nuestra ‘nutrición’ diaria, a través de nuestro tiempo devocional. Una iglesia que cae en la herejía, es el resultado de un pastor desnutrido en la palabra. Creo que en esto, los seminarios bíblicos realizamos un papel verdaderamente constructivo, al proveer conocimiento bíblico. La enseñanza cristiana siempre ha sido un aspecto importante de la vida de la iglesia. Debemos de recordar las palabras de Dios, a través del profeta Oseas (4:6a), cuando menciona: ‘Mi pueblo fue destruido porque le faltó conocimiento…’.
El pastor está en la iglesia para dar buen alimento al rebaño de Cristo.

C. Desechar las ‘fabulas profanas y de viejas’ (v.7a)
Estas fábulas habían tomado el lugar de la enseñanza cristiana, por lo tanto deberían de ser removidas de la ‘dieta’ de los creyentes en la ciudad de Éfeso. En lugar de consumir una comida nutritiva, estaban consumiendo la comida chatarra que les ofrecían los falsos maestros. Estas enseñanzas reciben el adjetivo de ser profanas (bebélos), es decir blasfemas, porque violentan lo sagrado de la sana doctrina. Además Pablo lo compara con los ‘cuentos de viejas’ que son el producto de la superstición y de una mente ociosa. Timoteo debía de estar alejado de este tipo de cosas y debía de hacer que los hermanos de Éfeso se mantengan también alejados de ellas. Eso era sería parte de su tarea pastoral: cuidar el rebaño.

D. Ejercitarse para la piedad[1] (vv.7b-8)
En esta sección Pablo compara la piedad con la gimnasia del mundo griego. Si por un lado, el ejercicio corporal era algo bueno, y algo también por el cual los atletas se entregaban por completo, privándose incluso de muchas cosas, cuanto más bueno es la piedad, por lo tanto requiere un esfuerzo total de parte del creyente. Mientras que la gimnasia corporal premiaba con exoneración impuestos y un lugar preferente en las ciudades estados de la antigua Grecia, la vida piadosa tenía un impacto que no sólo alcanza esta vida presente, sino también la futura. En esto era superior al ejercicio corporal. La piedad es presentada como un tipo de ejercicio de carácter espiritual, en la cual tomos los cristianos, principalmente el pastor, deben de estar entrenados.

E. Trabajar arduamente (v.10)
Pablo, incluyendo a Timoteo, trabajan y sufren agonías, por causa de su convicción en la tarea pastoral que realizan. Ellos encuentran la base para su ministerio en la palabra de Dios (cf. v.9, ‘Palabra fiel es esta y digna de ser recibida por todos’). Esa convicción los lleva a entregarse por completo en el ministerio pastoral. Otro ingrediente que los motiva a trabajar y sufrir los rigores del ministerio pastoral, es su esperanza en Jesucristo quien vendrá a llevarnos con él a su reino celestial (cf. v.10b, ‘esperamos en el Dios viviente, que es el Salvador de todos los hombres…’).

F. Buscar el respeto a través del ejemplo (v.12)
Parece que Timoteo era objeto de desautorizaciones debido a su edad. Hendriksen (p.179) calcula que debió haber estado entre los 34 y 39 años, pero, al tener que estar como jefe de presbíteros mucho mayores que él, era lógico que sea despreciado (probablemente de parte de los falsos maestros y algunos hermanos en la iglesia de Éfeso) por su edad. La respuesta pastoral frente a este problema, no fue decir ‘aquí mando yo, porque tengo credenciales apostólicas que Pablo me ha dado’. El tenía que responder con su ejemplo mismo, su vida piadosa sería su mejor arma contra el desprecio a su ministerio pastoral. El ejemplo de Timoteo debería de contener cinco aspectos: (1) palabra, (2) conducta, (3) amor, (4) fe, y (5) pureza.

G. No descuidar el ministerio (vv.13-15)
Pablo le invoca a Timoteo a no descuidar el ministerio que le fue dado por profecía y ‘la imposición de las manos del presbiterio’ (v.14). Para este fin, el apóstol utiliza las siguientes palabras: (1) ‘ocúpate’ (v.13), (2) ‘no descuides’ (v.14), ‘ocúpate… permanece’ (v.15). Hay un llamado reiterado a no descuidar el ministerio, cualquier distracción podía ser utilizado por los falsos maestros para continuar con las enseñanzas de las herejías que empujaban a los creyentes a la apostasía. La labor pastoral de Timoteo consistía en: (1) la lectura pública de las Escrituras, (2) animar a los hermanos [exhortación], y también (3) instruirlos [la enseñanza].
En el ministerio pastoral no hay espacios ni siquiera para un pequeño descuido, cuando el pastor se duerme, aunque sea por algunos minutos, los lobos entran libremente al rebaño y lo devastan. Eso lo tenía presente Pablo en su mente, al momento de darle estas instrucciones, que deberían de convertirse en las respuestas pastorales frente a la apostasía.

H. No descuidarse de uno mismo (v.16a)
Si por un lado Timoteo debe de cuidar del rebaño, no debía de descuidarse de si mismo. Esto es algo que sucede comúnmente en el ministerio cristiano, a veces estamos tan enfocados en las necesidades y los problemas de los demás y no tenemos un momento para cuidarnos a nosotros mismos, o a nuestra familia. Aquí sería bueno recordar el canto lúgubre de la sulamita ‘…me pusieron a cuidar las viñas, mas mi viña, que era mía, no guardé’. La cuidado pastoral a los demás no debe de bloquear ni anular el cuidado de nosotros mismos.

I. No descuidar la doctrina (v.16b)
En la segunda carta (2Tim.1:14), Pablo va a clarificar el rol de Timoteo en torno a ser un fiel guardián del buen depósito[2] (=la buena doctrina). Él es responsable ante aquel que se lo confió. No descuidar la doctrina era una tarea importante en el ministerio del pastor de Éfeso.

El resultado del cuidado pastoral es la preservación personal y la de todos los hermanos en la congregación. El término salvación se entiende en términos de librar a las personas de la apostasía, si Timoteo se logra mantener así mismo, y logra mantener al rebaño lejos de las herejías que conducen a la apostasía, en buena cuenta se habrá salvado y habrá salvado a todos los que hayan decidido oír la buena doctrina traída mediante su ministerio pastoral.

Conclusión
Tanto los falsos maestros, las herejías y la apostasía, fueron un gran problema en la iglesia de Éfeso. Esto no debía de ser una sorpresa para los hermanos, Pablo ya lo había anunciado doce años atrás, y ahora, por el Espíritu, estaba ratificado el advenimiento de la apostasía. Esto tenía un origen satánico, era llevado a cabo por sus agentes espirituales y humanos, y estaba dirigido a los hermanos de la Éfeso. Por eso Timoteo debía de actuar rápidamente y debía responder pastoralmente frente al problema. La respuestas sugeridas por el apóstol a Timoteo debe de ser la forma como nosotros hoy en día también respondemos a los problemas de falsas doctrinas en las iglesias. Haciendo esto, mantendremos a los lobos lejos del rebaño y al rebaño lejos de la apostasía. Además nos salvaremos y salvaremos a los que escuchen la única y buena doctrina del evangelio, en la cual hay salvación y vida eterna.

Nota Finales

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[1] Con respecto a éste término, el Diccionario Bíblico Certeza (´Piedad’) escribe lo siguiente: ‘eusebeia [piedad] es el término característico de las epístolas pastorales, y ve en él “dos cosas; por un lado una creencia correcta, y por el otro un modo de acción correcto”. Pero eusebeia es más una actitud personal hacia Dios que una creencia correcta, y la acción no es paralela a esa actitud sino que emana directamente de ella, p. ej. 2 Ti. 3.5, donde se contrasta la piedad formal con la que tiene poder; así como también en 2 P. 1.3 la piedad se deriva del poder divino. “El misterio de la piedad” (1 Ti. 3.16) es la doctrina fundamental centrada en la persona de Cristo, que es fuente y criterio de toda la devoción y el comportamiento cristianos’.
[2] Tal como lo vimos en un sermón pasado, La palabra “depósito” ‘…sugiere un tesoro encomendado a alguien para que lo custodie fielmente hasta que el dueño se lo pida’ (cf. Col 4.17).