martes, 22 de julio de 2008

Sermón 10 (Los deberes del cuidado pastoral encargado a Timoteo)


Pasaje: 1 Timoteo caps.5-6:2.
Tema: Los deberes del cuidado pastoral encargado a Timoteo

Introducción:
Después de alertarle de la pronta aparición de la apostasía en Éfeso y animarle a dar respuestas pastorales frente a ese peligro, ahora Pablo da instrucciones a Timoteo acerca de sus deberes en el cuidado ministerial de la iglesia a su cargo. Los deberes están relacionados a la forma cómo él trataría los casos de pecados entre ancianos y jóvenes, el cuidado de las viudas (quienes tienen una opción preferencial en toda Biblia), el sostenimiento y el desempeño de los ancianos-pastores y las relaciones laborales entre esclavos cristianos, con sus amos no creyentes y creyentes.

I. Deberes en torno a la exhortación de ancianos y jóvenes (vv.1-2)
A. Los ancianos (en edad).
Pablo no le pide a Timoteo, que no exhorte a los ancianos, sino que lo haga con mucho respeto, como lo haría con un padre. Timoteo, que había sido instruido en la Ley (por su abuela y su madre) sabía perfectamente el quinto mandamiento de honrar a padre y madre (cf.Ex.20:12). Pablo mismo sabe que éste es ‘el primer mandamiento con promesa’ (Ef.6:2).
B. Las ancianas (2a).
Aquí también se debía de aplicar el principio anterior, de exhortar a las ancianas con respeto, como a verdaderas madres.
C. Los jóvenes (1b).
Siguiendo el principio de relaciones familiares, ahora Pablo le pide a Timoteo, que exhorte a los jóvenes, como a sus propios hermanos.
D. Las jovencitas (2b).
Como en el caso anterior, ellas deben ser exhortadas como a hermanas. Aquí Pablo agrega algo nuevo: debe de hacerlo con pureza.

II. Deberes en torno al cuidado de las viudas (vv.3-16)
Parte de los deberes ministeriales de Timoteo, era instruir a la congregación en torno al cuidado de las viudas cristianas. Timoteo es animado a distinguir diferentes tipos de viudas, para luego dar instrucciones a la iglesia de Éfeso en torno al sostenimiento de ellas. Las viudas que serían sostenidas por la iglesia, debían de estar enroladas en una lista.
A. Las viudas verdaderas (vv.3, 5).
Se trata de viudas que no tienen a nadie quien las sostenga, han quedado a la merced de la misericordia y la buena voluntad de las personas. Este tipo de viuda posee algunas características espirituales [‘confía en Dios y le pide su ayuda de día y de noche’ (v.5b, BLS)]. Tanto en la tradición judía, como en la cristiana (cf. Hch.6:1-6; Stgo.1:27), las viudas ocupan un lugar preferencial. Dios mismo es presentado como el defensor de las viudas en el AT (vea Sal.68:5).
B. Las viudas que tienen familiares (v.4, 7-8).
Este tipo de viudas, habían sido abandonadas por sus propios familiares. Hay que recordar que la sección referente a las viudas (v.3) inicia con un llamado a honrar a las viudas. En la sección anterior vimos que las ancianas (entre ellas las viudas) debían de ser tratadas como a madres.
Había un problema ético de parte de los creyentes. Ellos no estaban cumpliendo con sostener a sus propias viudas (madres o abuelas), sobrecargando de manera innecesaria a la iglesia. Esto iba contra la Ley, la tradición cristiana y contra los estándares de la sociedad romana.
C. Las viudas que se entregan a los placeres (v.6).
Puede ser una alusión a las viudas jóvenes que se mencionan en los vv.11-15. Son viudas que se habían entregado a los placeres terrenales. Pablo considera que están muertas en vida (en un sentido espiritual), debido a su vida desordenada.
D. Las viudas mayores de sesenta años (vv.9-10).
Estas conformaban el grupo de viudas con menos posibilidades de sobrevivir, debido a su edad. Si la iglesia no las acogía, morirían inevitablemente. Según la época, tener 60 años era como tener 80 años en la sociedad actual. Con esa edad sus posibilidades disminuían todavía más. Sin embargo, la edad no era el único criterio a aplicarse, ellas debían haber sido: (1) esposas ‘de un solo marido’, y (2) haber tenido ‘testimonio de buenas obras’: esto incluye (2a) haber criado bien a sus hijos (DHH), (2b) haber ‘practicado la hospitalidad’ y, (2c) lavar ´los pies de los santos’ (esto es un símbolo de humildad y de servicio).
E. Las viudas jóvenes (vv.11-15).
A este tipo de viudas el apóstol le dedica la mayor cantidad de versículos en este capítulo. Estas viudas probablemente habían caído en los lazos de los falsos maestros (cf.v.15). Eso se podía ver en su forma de vida licenciosa, pues se habían convertido en ociosas, chismosas y entrometidas (v.13). Lo mejor para ellas es el re-casamiento (v.14).
F. Las viudas sostenidas por otros creyentes (v.16).
Eran viudas que habían sido acogidas en los hogares de algunos buenos creyentes. Timoteo debía de animarlos a seguirlas sosteniendo, esto permitiría a la iglesia, a centrar sus limitados recursos en las viudas que estaban en una posición de verdadera pobreza extrema.

III. Deberes en torno a los pastores-ancianos (vv.17-21)
A. El sostenimiento de los ancianos (vv.17-18).
A diferencia de los del v.1, estos son ancianos en términos ministeriales (ancianos-pastores). La expresión ‘mayormente los que trabajan en predicar y enseñar’ (v.17b) nos sugiere la existencia de varios tipos de ancianos. En el caso específico, los que predican y enseñan -y lo hacen con excelencia- debían de ser reconocidos doblemente. Algunas traducciones (BLS) apuntan al hecho de recibir un doble salario. No hacerlo era una cuestión ética (no poner ‘bozal al buey que trilla’ es una fuerte crítica contra aquellos que niegan el salario a quien se lo ha ganado merecidamente. Pablo ha desarrollado esta misma idea en 1Cor.9:9-11).
B. Las acusaciones contra los ancianos (v.19).
Era muy probable que se estuviesen realizando acusaciones contra los ancianos, con mucha ligereza. Pablo no pide nada nuevo aquí, esto es algo que Jesús mismo había establecido en Mateo 18:15-16. El apóstol no se opone a las acusaciones, sólo que estas debían de estar acompañadas de ‘dos o tres testigos’. Eso evitaría que se cometa una calumnia e injusticia contra los ancianos (obispos). Tampoco Pablo reclamaba impunidad para los líderes del ministerio.
C. La disciplina contra los ancianos (vv.20-21).
Si por un lado Timoteo está llamado a proteger a los ancianos contra las acusaciones falsas, por otro lado esta llamado a ser muy duro cuando se trata de un pecado flagrante y no renunciado. En ese caso, los obispos pecadores deberían de ser reprendidos públicamente. La disciplina contra los ancianos, es mucho más rígida que contra los hermanos de la congregación (cf.vv.1-2).
Hoy en día existe un mal llamado ‘espíritu de cuerpo’ en las instituciones públicas. Con esa excusa se ´tapan’ muchas faltas, y hasta delitos, de los compañeros de trabajo. Timoteo no debía de hacer uso de ese sórdido recurso [‘…no haciendo nada con parcialidad’ (v.21)], tampoco debía de actuar en función a los ‘prejuicios’ (lo que otros podrían pensar de él y él de los ancianos), ni a la subjetividad.

IV. Deberes en torno a él mismo (vv.22-23)
A. La imposición de manos (v.22a).
Esto tiene relación con ‘La ceremonia que afirmaba la disponibilidad y la aceptación de un hombre para el ministerio público como anciano, pastor o supervisor’ (MacArthur). Timoteo debe asegurar que los requisitos exigidos para el ministerio, se hayan cumplido al pie de la letra. Lo contrario a eso, Pablo lo considera como una ‘ligereza’.
B. El cuidado de su santidad personal (v.22b).
Su santidad personal se podía manchar si él, sabiendo que el candidato a obispo no era ni moral ni espiritualmente apto, era aceptado como tal. Esa era una forma de participar de ‘pecados ajenos’. Por el contrario, él estaba llamado a ‘conservarse puro’.
C. El cuidado de su salud personal (v.23).
En el capítulo anterior (4:16) vimos el llamado de Pablo a Timoteo, de cuidar de si mismo en el plano espiritual. Ahora le invoca a cuidar de si mismo en cuanto a su salud. Al vino se le conferían propiedades digestivas curativas en el siglo I. Si a esto le agregamos, que no existía lo que hoy llamamos agua potable, era de entenderse que se le pidiera que no se abstuviera de vino, puesto que éste era más séptico que el agua. Timoteo ya tenía suficiente problemas con su estomago, como para prestar atención a las críticas, que podrían señalarlo como bebedor empedernido.

V. Deberes en torno a las relaciones entre esclavos y amos (6:1-2)
Otra área del ministerio de Timoteo tenía que ver con la regulación de las relaciones entre los esclavos y sus amos, tanto no creyentes como creyentes.
A. Los esclavos creyentes deben tener por dignos de honor a sus amos no creyentes (v.1).
Era probable que los esclavos creyentes no estaban dando buen testimonio, con su trabajo, ante sus amos inconversos. En todo tiempo existe una expectativa muy elevada en torno a los creyentes. No estar a la altura del buen testimonio de la iglesia, sin duda desacredita el evangelio y blasfema ‘el nombre de Dios y la doctrina’. Los trabajadores cristianos estamos llamados a mantener una ética adecuada de trabajo. El buen testimonio de la iglesia, y la doctrina, así lo exigen.
B. Los esclavos creyentes no deben menospreciar a sus amos creyentes simplemente por ser sus hermanos (v.2).
Otro error común del primer siglo (que también sucede el día de hoy), fue tener en poca estima a los amos creyentes. Se piensa que porque son nuestros hermanos, e iguales a nosotros ante Dios, pues entonces tienen que soportar todas nuestras faltas laborales. Sin duda los esclavos del primer siglo habían seguido esta falsa lógica. Muy por el contrario, Timoteo debe de instruirles a que sirvan mejor a sus amos creyentes, puesto que son sus propios hermanos en Cristo quienes se benefician de su trabajo.

Conclusión
Sin duda, los que estamos en el ministerio, tenemos muchas tareas que cumplir día a día. Estas tareas no solamente están relacionadas a las necesidades espirituales de las personas. Como hemos visto, Pablo le dedica casi todo el capítulo cinco al cuidado de las viudas, lo que significaba un problema ‘social’ en la iglesia de Éfeso. En el ministerio estamos llamados a atender tanto necesidades espirituales, como materiales. Estamos llamados a exhortar con amor, como a denunciar públicamente a los que persisten en pecar. A señalar el camino correcto en las relaciones laborales entre trabajadores cristianos y jefes inconversos (también creyentes). Todo esto se debe de hacer sin dejar de lado el cuidado de uno mismo (el ministro), lo cual es importante.

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