martes, 10 de junio de 2008

Sermón 1


SERMONES EN BASE A LA EPISTOLA DE 1 TIMOTEO

Introducción
Sin duda el tema central del pasaje (1 Tim. 1:3-11), es la instrucción que Pablo da a Timoteo en torno a la sana doctrina frente a las herejías de los falsos maestros de Éfeso.

Aspectos preliminares de la Carta (vv.1-3a)
1 de Timoteo es parte de las llamadas ‘Epístolas Pastorales’[1] (conformado por 1, 2 Timoteo y Tito) y guarda mucha similitud con Tito.

Autor (remitente): Aunque los académicos modernos cuestionan mucho la autoría de Pablo, respecto a 1 Timoteo, y en general de todas las EP, él mismo apóstol declara ser el autor de la carta en el primer versículo. Esta formula (‘Pablo, apóstol de Jesucristo…’, v.1a) es muy común en todas las cartas de Pablo.

Destinatario: La carta está dirigida ‘…a Timoteo’ (v.1b), quien había sido enviado a Éfeso por el apóstol Pablo, con la tarea específica de detener a los falsos maestros y la herejía que ellos estaban difuminando entre los creyentes de la iglesia de esa ciudad. Esto lo va a lograr enseñando la sana doctrina y constituyendo diáconos y obispos en Éfeso.
Timoteo posiblemente fue convertido por el propio apóstol en su primer viaje misionero. Era hijo de padre griego gentil y de madre judía devota.

Ciudad: El v.3 declara ‘…que te quedaras en Éfeso’. Esta ciudad era muy conocida por el templo a la diosa Diana efesia (nombre latín) o Artemisa (nombre griego).

Estructura del pasaje principal (vv.3-11)

I. La misión de Timoteo (vv.3-5)
A. La misión de Timoteo había surgido de la preocupación pastoral del apóstol, por la comunidad de creyentes en Éfeso (vv.3, 5).
Pablo había estado de paso por esta ciudad (Hch. 18:19-21), cuando regresó, encontró personas que habían creído el mensaje de Juan el Bautista (cf. Hch. 19:1-7). Pablo les había guiado hacia el evangelio de Jesucristo y se había quedado allí ‘por espacio de tres meses, discutiendo y persuadiendo acerca del reino de Dios’ (v.8b) y luego por dos años mas (v.10). Sin duda había un amor especial y una profunda preocupación pastoral de parte del apóstol por la iglesia de Éfeso (cf. Gá.4:19)[2].
En el v.5 Pablo les aclara que el mandamiento de apartarse de los falsos maestros y sus enseñanzas, era el producto del amor y la preocupación que él sentía por sus ‘hijos en la fe’. El amor del pastor se expresa en el cuidado y el crecimiento espiritual del creyente bajo su cobertura.
La inicial lección pastoral en la primera de las Epístolas Pastorales, es el amor y la preocupación del pastor por su iglesia. Pablo desea que Timoteo, a quien ha encargado este hermoso rebaño, aprenda una de las más grandes lecciones que todo pastor debe tener presente: el amor por las personas y sus necesidades. Ahora, no es que Pablo solamente esté preocupado por las necesidades espirituales de los creyentes en Éfeso, mas adelante también le veremos interesado por las necesidades materiales de las viudas (cap. 5).
Aplicación: Si un pastor no ama el rebaño que se le ha encargado, lo descuidará y dejará que los lobos lo devoren. Este tipo de pastor es llamado asalariado por Jesús (cf. Jn. 10:13), no tienen ningún amor por el rebaño y lo abandona cuando ve venir el lobo.
B. Aquí Pablo le recuerda a Timoteo cual había sido el motivo para el cual él ha sido enviado a Éfeso.
El apóstol le recuerda a Timoteo el propósito por el cual él está allí presente: ‘[Te envié]…para que mandaras a algunos que no enseñen diferente doctrina’, y luego, ‘… así te encargo ahora’ (vv.3-4). Los lobos habían empezado a asolar el rebaño y Pablo no quiere cruzarse de brazos. Encuentra la dificultad que él mismo no puede ir a pelear ‘la buena batalla de la fe’ (6:12), pero ve en Timoteo a la persona ideal para hacerlo. Sin duda Pablo es una persona que empodera, delega y encarga, y a la vez que cree en esas personas. El mismo no se propone hacer todo ni ser todo en la obra. Frente a la amenaza de la herejía, no había lugar para personalismos. La obra del Señor estaba primera. Del otro lado, Timoteo procura permanecer en Éfeso, no de manera pasiva (dejando que pase el tiempo), sino que lo hace resistiendo y combatiendo contra los falsos maestros. De esto podemos aprender que la mejor manera de responder a la confianza, es la responsabilidad.
Aplicación. Los que nos dedicamos al ministerio, ¿cuál es nuestra respuesta frente a la obra que nos han encargado?, ¿es igual de diligente y responsable como la de Timoteo?

II. La herejía y los falsos maestros (vv.3-7, 10b)
A. La naturaleza de la herejía
Los falsos maestros habían introducido una ‘diferente doctrina’ (heterodidaskaléin, v.3) entre los creyentes de Éfeso. Lo peor de todo, sin embargo, es que habían personas dispuestas a ‘prestar atención’ (v.4) a las herejías de estos falsos maestros. El gran problema con las doctrinas falsas radica en el hecho de que hay personas dispuestas a consumirlas. Más adelante Pablo va a calificar a estos individuos como personas que tienen ‘comezón de oír’ (2 Tim.4:3b) [3].
Algunos contenidos de las falsas doctrinas mencionadas en esta sección, eran (i) cuentos (v.4a, DHH. Cf.4.7), y (ii) ‘interminables listas de sus antepasados’ (v.4b, BLS). Pablo está segurísimo que lo único que logran las doctrinas falsas son las estériles disputas (ekzetéseis, Pablo utiliza despectivamente esta palabra griega). Lo que el creyente debe buscar es su crecimiento espiritual y su edificación personal (v.4c) por medio de la Palabra de Dios.
Estas diferentes doctrinas, son ‘doctrinas de demonios’ (4:1b), son cancerígenas pues matan y corroen. Son contrarias a la ‘sana doctrina’ (v.10b; Pablo enfatiza este término en las epístolas pastorales).
Aplicación. Como creyentes dependientes de la Palabra de Dios, no debemos sucumbir a la ‘picazón’ de querer oír cosas novedosas ni a disputar en torno a ellas. Hemos sido llamados para seguir la sana doctrina, no la cancerígena que destruye vidas.
B. La naturaleza de los falsos maestros
Los falsos maestros no eran extraños que habían venido fuera de la iglesia de Éfeso. Pablo da a entender que estos habían salido en medio de ellos, solo que se habían desviado y se habían perdido en ‘inútiles discusiones’ (v.6, DHH). Tenían la pretensión de ‘ser doctores de la Ley’ (v.7a). El problema era que ni siquiera entendían lo que hablaban ni lo que defendían y enseñaban con tanta seguridad (v.7b). Pablo utiliza una ironía muy fina al referirse a ellos, era como decirles, ¡quieren ser expertos profesores de gramáticas sin ni siquiera saber las letras del alfabeto! La motivación que tenían para esto, era el protagonismo, eran verdaderos ‘figuretis’ del evangelio. Se sabe que los doctores de la ley o escribas, eran muy respetados en el mundo judío por su conocimiento bíblico. ¿Tal vez reclamaban ese respeto para si? Es probable que estuvieran tras la búsqueda del poder y la fama.
Aplicación. Los que hemos sido llamados al ministerio, no debemos de olvidar que Dios nos ha llamado al servicio, no al protagonismo, no a acumular títulos ministeriales, ni a la sed desmedida del poder.

III. La misión de la Ley y la sana doctrina (vv.8-11)
A. La naturaleza de la Ley

Si bien es cierto que Pablo condena a estos falsos maestros que quieren ser reconocidos como ‘maestros de la Ley’, no se propone descalificar a la Ley en sí misma. Por eso va a escribir: ‘sabemos que la Ley es buena’ (v.8a), pero aclara que ésta se puede degenerar debido a su mal uso (v.8b). Es lo mismo que hacen hoy los falsos maestros, tratando de ser grandes conocedores de la Biblia, poseedores de los cinco ministerios, fallan al presentar con fidelidad la Palabra de Dios. Lo bueno se convierte en malo en sus manos.
Aplicación. ¿Somos fieles al momento de presentar la Palabra de Dios?
B. El rol de la Ley
La misión de la Ley -según Pablo en esta carta- es notificar a los injustos (‘la Ley no fue dada para el justo’, v.9b) acerca de su pecado y motivarles a que abandonen su vida pecaminosa (cf. Ro.7:7b) [4]. El apóstol menciona 14 tipos de transgresores de la ley, agrupados en 4 pares y seis individuales (vv.9-10). Ellos son (a) transgresores y desobedientes, (b) impíos y pecadores, (c) los irreverentes y profanos, (d) los parricidas y matricidas, (e) los homicidas, (f) los fornicarios, (g) los sodomitas, (h) los secuestradores, (i) los mentirosos y, (j) perjuros. Esta lista de pecados sigue en parte el orden de los diez mandamientos, sobre todo los que tienen que ver con las relaciones humanas.
C. El rol de la sana doctrina
Pablo menciona que, la lista de catorce pecados mencionados anteriormente, son lo opuesto a la sana doctrina. La palabra ‘sana’ denota cosas saludables, eso es lo que él desea para sus ‘hijitos’ de Éfeso. Recordemos el amor del apóstol, amar es desear el bien de los demás. La sana doctrina es parte del ‘glorioso evangelio del Dios bienaventurado’ (v.11a), que había sido encargado a Pablo (esta era la misión de Pablo) y que él, a su vez, había encargado a Timoteo[5].
La misión de la Palabra de Dios, es proveer salud, crecimiento, una sana conciencia y una vida agradable ante los ojos de Dios. Las ‘doctrinas de demonios’, de los falsos maestros son la antítesis de la sana doctrina (producían el efecto contrario).
Aplicación: Como creyentes estamos llamados a seguir la sana doctrina y no sucumbir a la ‘picazón’ de querer oír doctrinas novedosas y espectaculares que capturan con facilidad nuestra atención. El evangelio es salud, las falsas doctrinas destruyen lentamente la vida del creyente.

Conclusión final:
Estimados hermanos, siempre ha habido el peligro de deslizarnos en la vida cristiana por causa de las enseñanzas de falsos maestros que tiene apariencia de piedad (2 Tim.3:5). Algunos creyentes en Éfeso cayeron en su trampa mortal, porque pensaron que por ser parte de ellos mismos (los falsos maestros no llegaron de afuera, salieron de ellos mismos), hablaban conforme al evangelio de Dios. ¡Qué difícil resulta identificar al engañador que tiene apariencia de piedad y que habita entre nosotros! No todo lo que se dice ser evangélico lo es, hoy mismo circulan por el mundo falsos maestros, pero no tenemos conciencia de esto porque los vemos en medios de comunicación ‘evangélicos’, escriben libros ‘evangélicos’ y predican mensajes ‘evangélicos. Sólo el Espíritu Santo, por medio de la Palabra de Dios, nos podrá ayudar a discernir, identificarlos y vivir según la sana doctrina.
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Notas finales:
[1] Nombre que se le ha dado, en virtud a los principios para el cuidado pastoral de la iglesia y las cualidades exigidas a los ministros, registrados en estas tres cartas.
[2] Esto se puede inferir a partir de su amor expresado hacia los gálatas. A ellos les escribió en estos términos: ‘Hijitos míos, por quienes vuelvo a sufrir dolores de parto, hasta que Cristo sea formado en vosotros’
[3] ’Porque va a llegar el tiempo en que la gente no soportará la sana enseñanza; más bien, según sus propios caprichos, se buscarán un montón de maestros que solo les enseñen lo que ellos quieran oír’
[4] Esto se ve en la misma vida del apóstol. ’…Pero yo no conocí el pecado sino por la Ley; y tampoco conocería la codicia, si la Ley no dijera: «No codiciarás».’
[5] Timoteo también tendrá que hacerlo con otros: ‘Lo que has oído de mí ante muchos testigos, esto encarga a hombres fieles que sean idóneos para enseñar también a otros’ (vea 2 Tim.2:2).

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