martes, 24 de junio de 2008

Sermón 3 (El encargo de Pablo a Timoteo)


Pasaje: 1 Timoteo 1:18-20
Tema: El encargo de Pablo a Timoteo

Introducción:

Nuevamente Pablo -después de haber expuesto acerca de la gracia de Dios en el ministerio- anima a Timoteo, su ‘hijo’ amado, a cumplir su misión de una manera digna, como buen soldado valiente de la verdad. Sus armas principales, además del poder de Dios, serán la fe y la buena conciencia. Para esto, el debe ser consciente de cómo acaban los que se apartan de la verdad y los que naufragan en la fe. Esta es una lucha que Timoteo ganará, pues la sana doctrina siempre se impondrá sobre la doctrina cancerígena de los falsos maestros.

I. El encargo le es reiterado a Timoteo (v.18a)
A. ‘Este mandamiento te encargo…’
Nuevamente Pablo le recuerda a Timoteo cual es su misión personal en Éfeso (cf.v.3). Esta misión personal, al fin, se ha convertido en un mandato, no es una elección que obedezca a estados de ánimo, ni una preferencia que él pueda determinar libremente. Su estadía responde a un mandato claro. Al fin de cuentas él es un soldado (cf. 2Tim.2:3) [1] y no debe correrse ni renegar de vocación. Su obligación es defender la sana doctrina, aunque esto le produzca ‘penalidades’.
Es un mandato (en el original griego la palabra esta dada en tono militar) si, pero un mandato que nace del amor (cf. v.5). No es un mandato forzado, sino estimulado por el amor a Dios y su obra.
B. Timoteo debe pelear la ‘buena batalla’ contra los falsos maestros.
La lucha entre el bien y el mal es dibujada como una batalla que deben librar los hijos de Dios y el sistema de las tinieblas. Esa es una figura literaria muy particular de Pablo, en sus escritos (ver 1 Tim.6:12; 2 Tim.4:7[2]; cf. Ef.6:10-17; Filp.2:25; 1Tes.5:8). En este caso particular del libro, Timoteo es animado a enfrentarse de la mejor manera (esta es una noble batalla) a los falsos maestros. Es la lucha entre la sana doctrina y las ‘doctrinas de demonios’ (vea 4:1).
Aplicación. Ningún creyente debe de mantenerse afónico, ni inactivo, frente a la labor del mal. Cada uno de nosotros somos soldados, llamados a pelear una batalla en la vida cristiana.

II. El respaldo que tiene Timoteo para este encargo (v.18b)
A. Las profecías que se hicieron en torno a él
Ya hemos visto, en las semanas pasadas, que Timoteo no está en Éfeso, ni ésta tarea, por cuenta propia. A él se le ha entregado una noble tarea a través de Pablo (vv.3, 18), por la voluntad de Jesucristo y confirmada mediante las profecías que se hicieron en torno a él. Esta expresión de Pablo puede indicar algunas profecías dadas el día de la ordenación de Timoteo (cf. 4:14) o puede ser una alusión de Hech.16:2[3]. En cualquiera de los casos, la idea es que Timoteo tiene un fuerte respaldo para su tarea, él no actúa por cuenta propia.
Timoteo no debe pensar que está solo, en la sección anterior Pablo le había hablado de la gracia de Dios, como la columna principal de su ministerio. Esa misma gracia actuaba también en Timoteo.
Aplicación. Nunca debemos de pensar estamos solos, el diablo se especializa en hacernos desanimar. El que te llamó a la misión, es el mismo que ha dicho ‘yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo’ (Mt.28:20).

III. Los recursos que deben ser empleados en el encargo (v.19a)
A. La fe.
Timoteo es animado a aferrase a la fe en esta lucha que pronto va a iniciar contra los falsos maestros de Éfeso. Ese es su principal recurso.
La ´fe’ en las EP llegó a ser un indicativo de la verdad (cf. 2 Tim.2:17, 18[4]). Timoteo debe combatir el error con la verdad, la doctrina cancerígena de los falsos maestros, con la sana doctrina del verdadero evangelio. A él se le ha encargado guardar el buen depósito=la verdad (vea 2Tim.1:14) y debe ser responsable con aquel que se lo confió[5]. De esta manera, la fe, o la verdad, se convierten en el arma más poderosa frente a la herejía de los maestros efesios y el tesoro más hermoso que Timoteo debe preservar.
B. La buena conciencia.
A diferencia de los falsos maestros, quienes tenían la ‘conciencia cauterizada’ (1 Tim.4:2) [6], Timoteo tenía que mostrar una buena conciencia (juicio moral para darse cuenta de lo bueno y lo malo; cf. Rom.2:14-15[7]) en su lucha a favor de la verdad. Sin una buena conciencia, no podría discernir la herejía de la verdad. Eso hubiese resultado fatal en la tarea que se le encomendó.
Aplicación. En la misión y en la lucha constante contra las tinieblas no debemos de olvidar que ‘las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas’ (2Cor.10:4).

IV. Los peligros al desechar estos recursos (v.19b)
A. Fracaso en la fe.
Cuando se abandona la verdad, y la conciencia es incapaz de discernir lo malo de lo bueno, lo único que puede sobrevenir en la vida cristiana es el fracaso en la fe. Pablo compara esto con un naufragio. La verdad, o la fe, es como el timón de la vida cristiana, sin ese timón lo único que se puede esperar es el naufragio. Entonces el creyente no tiene que ser sólo un buen soldado, sino también un buen marinero (Hendriksen, 1979, p.101)
B. Ejemplos del fracaso en la fe: Himeneo y Alejandro.
A continuación Pablo quiere dar unos ejemplos reales de personas que naufragaron en la fe, por haber desechado la verdad y la buena conciencia. Se mencionan a dos personas específicamente (1) Himeneo, quien es mencionado también en 2 Tim.2:17, y (2) Alejandro, posiblemente el de 2Tim. 4:14. Ellos llegaron a ser líderes entre los falsos maestros. Son una especie de dúo lamentable, cuyo ejemplo Timoteo debía observar para no caer en lo mismo (cf.1Tim.4:16, DHH: ‘Ten cuidado de ti mismo y de lo que enseñas a otros…’)
Más adelante Pablo mismo se mostraría como el ejemplo a seguir en la vida cristiana (cf.2Tim 4:7)
Aplicación. Apoyarse en nuestra propia prudencia sólo nos provoca fracasos tras fracasos, aun en la vida cristiana. No debemos de desechar los recursos que el Señor nos ha dado para vivir sabiamente y defender la sana doctrina.

V. La determinación en el cumplimiento del encargo (v.20)
A. No dudar en ‘entregar a Satanás…’ a los que no se arrepienten.
Pablo le ha mostrado un ejemplo práctico, de lo que debe hacer Timoteo, frente a un caso de herejía persistente. Esta sin duda es una medida disciplinaria, para que el hereje se dé cuenta de su error y no llegue a la apostasía. La medida era una especie de excomunión=poner fuera de comunión (Comentario Matthew Henry, p.353), expulsión de la Iglesia, mediante una sentencia dictada por la congregación bajo la dirección de los ancianos (Hendriksen, 1979, p.102). Algunos autores incluso sostienen que esto podría haber estado acompañado de sufrimientos y enfermedades corporales.
B. Este recurso tiene un propósito: ‘para que aprendan a no blasfemar’
Sin duda hay un propósito terapéutico o curativo, la esperanza es que el hereje se vuelva de sus malos caminos, no buscaba su destrucción final, porque esa prerrogativa le pertenece a Dios y no a la iglesia. Según vemos a través del autor de Hebreos (cap.12), la disciplina es una expresión del amor de Dios. También lo debe de ser de la iglesia. La iglesia, igual que Dios, debe disciplinar por amor a la persona equivocada. No hacerlo constituye el peor daño que se le puede hacer a una persona herética.
Aplicación. Como iglesia y como individuos, no debemos de temer el disciplinar ni el ser disciplinados, hacerlo permite que el hereje se vuelva de su mal camino. La disciplina tiene un propósito curativo y es la expresión de un genuino amor.

Conclusión: Después de haber visto con claridad el encargo dado a Timoteo, todos debemos de recordar que tenemos muchos ‘encargos’ en la vida cristiana, estos no podrán llevarse a cabo si no recordamos que (1) tenemos un respaldo par ello, (2) sino utilizamos los recursos adecuados para ello, (3) si olvidamos los peligros de desechar estos recursos, y (4) si no somos personas determinadas en dar pasos prácticos, en el encargo que se nos ha encomendado. Cumplir con los designios de Dios, es un mandato que todos los creyentes debemos cumplir por amor. Quien ha experimentado el amor de Dios, está presto para amarle a él con su obediencia.

Notas Finales:

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[1] ‘Tú, pues, sufre penalidades como buen soldado de Jesucristo’
[2] ‘He peleado la buena batalla, he llegado al término de la carrera, me he mantenido fiel’. El apóstol mismo ve su vida como una batalla sostenida contra el mal y los enemigos del evangelio (aquí es muy probable que este pensando también en los falsos maestros).
[3] ‘y daban buen testimonio de él los hermanos que estaban en Listra y en Iconio’
[4] ‘y su enseñanza se extiende como un cáncer. Esto es lo que sucede con Himeneo y Fileto, que se han desviado de la verdad diciendo que nuestra resurrección ya ha tenido lugar, y andan trastornando de esa manera la fe de algunos’
[5] La palabra “depósito” ‘…sugiere un tesoro encomendado a alguien para que lo custodie fielmente hasta que el dueño se lo pida’ (cf. Col 4.17)
[6] ‘de hipócritas y mentirosos, cuya conciencia está cauterizada’
[7] ‘Cuando los gentiles que no tienen la Ley hacen por naturaleza lo que es de la Ley, estos, aunque no tengan la Ley, son ley para sí mismos, mostrando la obra de la Ley escrita en sus corazones, dando testimonio su conciencia y acusándolos o defendiéndolos sus razonamientos’.

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