viernes, 30 de enero de 2009

Sermon 13 (Encargos finales a un pastor joven, en su lucha contra las herejías)

Pasaje: 1 Timoteo 6:20-21
Tema: Encargos finales a un pastor joven, en su lucha contra las herejías

Introducción:
Los mismos consejos del viejo apóstol, que diera en el primer capítulo (1:4, 18), vuelven a aparecer al final de esta carta, en torno al peligro de las vanas palabrerías y la responsabilidad frente al deposito de la fe que se le ha encargado a Timoteo. Dos cosas caracterizan estos dos últimos versículos: uno positivo y otro negativo. En ese sentido, dos cosas se le vuelven a reiterar a Timoteo: ser fiel a su tarea encomendada y mantenerse lo más alejado posible de los falsos maestros y sus prácticas.

I. Guardar el ´deposito’ que se le confió (v.20a)
A. El depósito como metáfora. Nuevamente Pablo utiliza la figura del ‘depósito’ en ese último capítulo, algo que era una práctica muy común en su tiempo. Esta práctica, tal como lo dijéramos en un sermón anterior, consistía en dejar una cantidad de dinero a una persona para que lo cuide con seguridad -y hasta aumentarlo- de manera que el dueño se sintiera confiado de su bien. Este término también se le aplicaba a las enseñanzas de los maestros judíos. Ellos ‘sentían que… estaban transmitiendo a sus discípulos un depósito sagrado, quienes a su vez se esperaba lo transmitieran a otros…’ (Keener, 2006, p.618).
B. Uso del símbolo en las EP. Esta palabra va a ser utilizada por Pablo en su segunda carta a Timoteo (1:14)[1], para designar al evangelio y la sana doctrina. En buena cuenta, lo que está tratando de decirle Pablo al joven Timoteo, es que cuide de la sana doctrina con mucha responsabilidad, porque a él se le había encargado su cuidado en la ciudad de Éfeso. En esta parte Hendriksen (p.241) lo siguiente, ‘es como si Dios hubiera echo un depósito en el banco de Timoteo… Este evangelio no pertenece a Timoteo, sino a Dios’.
C. La mayordomía en el ministerio. En esto radica la naturaleza de mayordomos de los ministros de Dios: en que administran con fidelidad algo que no es suyo.
D. Los recursos para cumplir la tarea. Esta tarea no debía ser hecha solamente con las fuerzas humanas de Timoteo, sino que él debía hacerlo ‘por el Espíritu Santo’, tal como lo vemos en la segunda carta, y cuya cita ya hemos mencionado.

II. Apartarse de las prácticas de los falsos maestros (v.20b)
A. Pláticas profanas (palabrerías mundanas, DHH). Ya nos hemos referido a esto, cuando vimos el contenido de las falsas doctrinas de los falsos maestros (cf. 1:6). A ellos les gustaba gastar tiempo en discusiones inútiles, pero ni siquiera entendían sus propios argumentos (1:7).
En la segunda carta, Pablo va a mencionar cuál es el resultado de esta inútil práctica. Las profanas y vanas palabrerías sólo conducen a la impiedad (2Tim.2:16)[2], cuando esto sucede, la persona lo experimentará en el futuro, en mayor y mayor grado. Es un mal degenerativo.
B. Cosas vanas. No tiene sentido hablar de lo que uno no entiende, tampoco de lo que uno no hace. En la vida cristiana, discutir sobre ideas religiosas no ayuda en nada. Los creyentes somos animados a ser ‘hacedores de la palabra’, ¡no oidores, menos parlanchines religiosos que apelan a valores que no se ven en su vida! Ya decía el mismo apóstol Pablo que ‘…el reino de Dios no consiste en palabras, sino en poder’ (1Cor.4:20). Ese poder debía de desplazar a las conversaciones vanas y sin sentido, que querían tomar posesión de los creyentes en Éfeso.
Debemos de recordar que Dios nos va a juzgar por cada palabra proferida, por lo tanto no nos conviene hablar cosas vanas (cf.Mt.12:36-37)[3], sino palabras que edifiquen nuestros espíritus y el de los demás.
C. Argumentos de la mal llamada ‘ciencia’ (falso ‘conocimiento de la verdad’, DHH). Un ‘conocimiento’ paralelo a la verdad, estaba empezando a tomar lugar entre los creyentes del primer siglo. Algunos creen que fue el germen del Gnosticismo que se desarrollaría y tomaría forma, en el siglo II. En el Gnosticismo se afirmaba que había conocimientos escondidos, que habían sido revelados por Jesús, a ciertas personas privilegiadas. Es probable que los falsos maestros estén mostrándose como los ‘herederos’ y ‘depositarios’ de esos conocimientos ocultos.
Muchas veces, aun el conocimiento correcto, puede envanecer a las personas. Esto estaba pasando con los creyentes de Corinto (vea 1Cor.8:1)[4]. Los falsos maestros, y al parecer sus seguidores, se sentían muy hinchados de orgullo, debido a su conocimiento herético. Esto los estaba llevando a la apostasía.
La palabra ‘ciencia’ no debemos entenderla en el sentido de la ciencia moderna, puesto que no son conocimientos científicos los que se aluden, sino más bien las enseñanzas de los falsos maestros.

III. No olvidar los peligros que acarrean estas prácticas (v.21)
A. Desviarse de la fe (DHH). Ya hemos mencionado la impiedad como una consecuencia de envolverse en discusiones profanas y vanas. A esto tenemos que agregar el peligro de desviarse de la fe. Ya al inicio de la carta, el apóstol había mencionado lo mismo (1:6)[5]. La palabra ‘algunos’, es probable que se esté refiriendo no solamente a los falsos maestros, sino también a algunas personas que se habían dejado arrastrar por las falsas doctrinas.
B. Ser alcanzado por un cáncer espiritual. Esto lo podemos deducir a partir de lo escrito en la segunda carta (2Tim.2:16, DHH). Allí el apóstol menciona: ‘y su enseñanza se extiende como un cáncer. Esto es lo que sucede con Himeneo y Fileto’. Todos sabemos perfectamente que un cáncer conduce inevitablemente a la muerte. La apostasía conduce indefectiblemente a la muerte eterna.
C. El sólo puede librarse de estos peligros por la gracia de Dios. Pablo ya había hablado en el primer capítulo (1:14) de la gracia de Dios, como algo que le había librado de seguir avanzando en el pecado, porque era mucho más grande que él. Esa misma gracia ahora sería necesaria para que Timoteo sea librado de caer en el terrible peligro de la impiedad, el desvío de la fe y el cáncer de las enseñanzas de los oponentes de Pablo.
Aunque era muy usual para Pablo, terminar con la palabra ‘gracia’ (Mounce, 2000, p.372), no se trata de una simple despedida protocolar, hay algo más que simplemente eso. Pablo está apelando a la gracia protectora de Dios, a fin de que su amado hijo en la fe no sucumba a las herejías de los falsos maestros de Éfeso. El sabía perfectamente que donde abundaría el pecado, sobreabundaría la gracia de Dios (Ro.5:20).

Conclusión
Estimados hermanos, en la vida cristiana, tanto como en el ministerio, todos debemos de tener en claro las cosas que tenemos que hacer y las cosas que no tenemos que hacer (aun los peligros que esto último implica). Todos tenemos un propósito de parte de Dios en esta vida presente, por lo tanto debemos de procurar gastar todo nuestro tiempo y todas nuestras energías en el cumplimiento de ese propósito y no diluirnos en lo que no edifica ni alimenta la piedad. Dios así lo quiere.
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Notas Finales
[1] ‘Guarda el buen depósito por el Espíritu Santo que mora en nosotros’.
[2] ‘Pero evita profanas y vanas palabrerías, porque conducirán más y más a la impiedad’ (RV90).
‘Evita palabrerías mundanas y vacías, porque los que hablan así, se hunden cada vez más en la maldad’ (DHH).
[3] ‘Pero yo os digo que de toda palabra ociosa que hablen los hombres, de ella darán cuenta en el día del juicio, 37pues por tus palabras serás justificado, y por tus palabras serás condenado»’
[4] ‘En cuanto a lo sacrificado a los ídolos, sabemos que todos tenemos el debido conocimiento. El conocimiento envanece, pero el amor edifica’
[5] ‘Algunos se han desviado de esto y se han perdido en inútiles discusiones’

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